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Muere Antonio Domingo Bussi, símbolo de la dictadura argentina

Notimex

El represor argentino Antonio Domingo Bussi, quien fuera uno de los máximos símbolos del terrorismo ejercido durante la dictadura (1976-1983), murió hoy a los 85 años de edad por complicaciones cardíacas.

Para consuelo de los organismos de derechos humanos, la muerte no le garantizó la impunidad a Bussi, ya que falleció con una condena a cadena perpetua a cuestas y el repudio social en su contra.

Bussi fue el cacique más temido de Tucumán, una provincia ubicada a mil 200 kilómetros de Buenos Aires, desde que en 1976 -luego del golpe de Estado- asumió la gobernación de facto y se convirtió en el hombre más poderoso de la región.

En 1983, al término del régimen militar, el represor fue acusado del secuestro, tortura y asesinato de decenas de personas, pero tres años después se benefició de las leyes de impunidad que mantuvieron sin castigo a la mayoría de los criminales de la dictadura.

Libre de cargos, Bussi aprovechó el restaurado sistema democrático y en 1987 comenzó una exitosa carrera política que lo convirtió primero en diputado y después, en 1995, en gobernador de Tucumán, provincia que manejó siempre con políticas represivas.

La buena suerte que había amparado al ex gobernador comenzó a evaporarse en 1999 porque, pese a que ganó una diputación, la justicia argentina le impidió asumir su curul por haber cometido delitos de lesa humanidad.

En 2003 Bussi ganó otras elecciones, en este caso para ser intendente de la capital de Tucumán, pero volvió a ser impugnado y se le impidió asumir porque, como ya estaban derogadas las leyes de impunidad que lo habían protegido, sería juzgado.

El año pasado, el represor y otro temible personaje, Luciano Benjamín Menéndez, fue condenado a perpetua por el secuestro, tortura y homicidio agravado por alevosía contra el ex senador Guillermo Vargas Aignasse en delitos registrados en 1976.

Durante el juicio, Bussi lloró en reiteradas ocasiones y siempre defendió su actuación con el argumento que en Argentina se había vivido una guerra en la que él decidió combatir a los 'guerrilleros comunistas' que querían gobernar al país.

'Este proceso es fruto de una venganza largamente maquinada, estábamos en una guerra entre bandos, vivimos un enfrentamiento armado entre los agresores apátridas y la República a través de su brazo armado, era una guerra contra la subversión marxista', afirmó.

Este año, debido a su estado de salud, Bussi, quien cumplía prisión domiciliaria, ya no fue juzgado en otro proceso en el que se le acusaba del asesinato de 72 personas, previos secuestros y aplicación de tormentos.

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Escrito en: mandatario

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