Tristeza. Imagen facilitada por la agencia de noticias Sana muestra el funeral del policía Simon Issa, en la provincia de Homs.
Las fuerzas de seguridad de Siria abrieron fuego contra miles de manifestantes antigubernamentales que participaban en el sepelio de las más de 100 víctimas de la represión a las protestas de la víspera.
Las autoridades volvieron a usar la fuerza un día después de la jornada de protestas más sangrienta desde que iniciaron las manifestaciones contra el presidente Bashar Al-Assad el 18 de marzo pasado.
Al menos 12 personas murieron por disparos ayer sábado, cuando los dolientes se concentraban en distintos puntos de Damasco, la capital, y la ciudad meridional de Dara para las inhumaciones, de acuerdo con reportes de la cadena árabe de noticias Al Yazira.
Con los decesos de esta jornada, la cifra de víctimas mortales por la represión del ejército en los últimos dos días suma alrededor de 125, y más de 200 desde que iniciaron las manifestaciones contra el gobierno.
Las estimaciones se elaboran con base en las cuentas llevadas por testigos, la oposición y grupos de derechos humanos, sin que hayan sido corroboradas de forma independiente.
Respecto a la jornada de protestas del "Gran Viernes", la agencia estatal de noticias Sana sólo reportó un número limitado de manifestaciones en algunas provincias y describió la violencia como trabajo de cuadrillas criminales armadas.
Sin embargo, dos legisladores independientes y un clérigo musulmán mayor dimitieron en protesta por el uso excesivo de la fuerza contra los civiles que se oponen al gobierno y exigen un sistema político democrático en Siria.
Nasser al-Hariri y Khalil al-Rifaei, diputados independientes que representan a Dara, donde se ha producido el mayor número de muertos, expresaron a Al Yazira su indignación.