Tropas sirias bombardearon hoy la ciudad de Rastan, en la central provincia de Homs, dejando 15 muertos, mientras la oposición rechazó una intervención extranjera y reiteró su llamado al presidente Bashir Al Assad a renunciar.
Al menos 15 personas murieron bajo el fuego de la artillería de las tropas sirias, según activistas de derechos humanos y los Comités de Coordinación Local, que ayudan a organizar y documentar las protestas en el país, citados por la cadena de televisión qatarí Al Yazira.
Con estas nuevas víctimas asciende a 58 la cifra de personas muertas en los últimos tres días a manos de las fuerzas del presidente Bashar Al Assad en Rastan, donde el ejército lleva a cabo operaciones militares desde el sábado pasado.
Desde que comenzaron las protestas a mediados de marzo pasado en demanda de reformas democráticas y la renuncia de Assad, en el poder desde el año 2000 tras la muerte de su padre, el régimen sirio ha asesinado a más de mil 100 personas, según grupos de derechos humanos.
Las protestas han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad y en las últimas semanas el ejército ha enviado soldados a diferentes ciudades, sobre todo a las ciudades de Homs (centro del país), Banias (noreste) y Dera (sur), focos de las revueltas.
La oposición siria convocó a una nueva protesta mañana viernes, en coincidencia con los tradiciones rezos de los viernes, para recordar a los casi 30 'niños mártires de la libertad' que han muerto durante las represiones sirias contra las manifestaciones.
'El pueblo quiere la caída del régimen. Viernes de los niños de la libertad. 3 de junio', se lee en el sitio Syrian.Revolution que tiene más de 200 mil seguidores.
En un intento por poner fin a las protestas, el presidente Assad aprobó la creación de un organismo que se encargará de un 'diálogo nacional' y anunció una amnistía general a todos los miembros de la Hermandad Musulmana y cientos de prisioneros políticos.
Las autoridades liberaron la víspera a más de 500 presos, entre ellos algunos que han participado en las últimas manifestaciones que marca el desafío más grave para la familia Assad.
El bombardeo en la ciudad de Rastan tuvo lugar poco después de que la oposición siria en el exilio acordó durante una reunión en Turquía apoyar las protestas contra el presidente Assad y rechazar una intervención militar extranjera para derrocar al presidente.
Además, la oposición descartó formar un consejo de transición similar al de los insurgentes libios y reiteró su llamado a Assad a renunciar y ceder el poder al vicepresidente hasta la formación de un consejo para transformar al país en democracia.
'Los delegados se han comprometido a las demandas del pueblo sirio para derrocar al régimen y apoyar la revolución del pueblo para la libertad y la dignidad', según un comunicado publicado por los 300 participantes, entre ellos opositores y activistas de derechos humanos.