Oriente Medio conoció hoy una nueva jornada de ataques que dejó entre 15 y 20 muertes, según los distintos recuentos, así como decenas de heridos, que hace peligrar la estabilidad que respira la región en los últimos dos años.
Hacía tiempo que israelíes y palestinos no se engarzaban en una espiral como la de este jueves, de la que Israel responsabiliza a los autores del múltiple atentado en una carretera sureña cerca de la pequeña localidad de Eilat, a orillas del placentero Mar Rojo y epicentro del turismo en este mes.
No había pasado el mediodía cuando las radios del Ejército y de la Policía comenzaron a alertar del atentado contra un autobús que cubría la ruta hacia el balneario, y que era el comienzo de un ataque 'progresivo' contra distintos objetivos.
Según el Ejército, el ataque combinado comenzó en el tiroteo contra el autobús desde un vehículo con varios ocupantes, a la vez que al mismo tiempo terroristas que actuaban desde el lado egipcio de la frontera disparaban contra otro autobús y dos vehículos en otro tramo de la misma carretera.
Pasaron sólo unos minutos cuando estalló una bomba junto a un grupo de soldados que llegaron al lugar de uno de los atentados, y poco después, desde Gaza, se disparaban morteros y cohetes antitanque contra soldados israelíes, en lo que se cree una acción para desviar la atención del Ejército.
'Es un ataque complicado', reconoció el comandante en jefe del Ejército israelí, Beny Gantz, quien se pasó la jornada entre los distintos escenarios para evaluar la situación e impartir órdenes.
De los siete israelíes muertos, por lo menos cinco son civiles, y se cree que los otros dos son militares. El número total de heridos supera los 40.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Ehud Barak, dijeron al condenar los actos que se trataba de 'hechos muy graves', y aseguraron que los atacantes, siete los cuales murieron en enfrentamientos armados con soldados israelíes, provenían de Gaza.
Ambos prometieron 'dar respuesta' a los ataques en el momento 'adecuado', y tan sólo cuatro horas después cazabombarderos israelíes soltaban sus bombas sobre una vivienda en la ciudad de Rafah, en el sur de la franja de Gaza.
El portavoz del servicio médico en la franja, Adham Abu Salmiya, reconoció que el ataque fue preciso, y tuvo como blanco la vivienda de Khaled Shaath, miembro de los Comités de Resistencia Popular, una milicia que respalda el gobierno del Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS).
La hija de Shaath, dijo el funcionario médico a la agencia Maan, resultó herida, mientras que seis personas murieron y al parecer entre ellas un jefe del grupo.
'Las personas que ordenaron matar a nuestros civiles están muertas', aseguró en rueda de prensa el primer ministro israelí, sin dar explicaciones sobre cómo en tan poco tiempo lograron saber qué grupo perpetró los atentados.
Otros medios locales cifraron las víctimas de este bombardeo en sólo tres muertos. Por si fuera poco, los ataque mutuos siguieron hasta el anochecer.
Milicias palestinas dispararon desde Gaza dos cohetes contra la ciudad de Ashkelón, uno de los cuales fue interceptado por el sistema Iron Dome del ejército, a la vez que se informaba en los medios de un nuevo atentado en la misma carretera en la que se produjeron los de la mañana.
El portavoz del Ejército indicó en rueda de prensa que dos terroristas apostados del lado egipcio de la frontera, junto a la cual corre la carretera, atacaron nuevamente a otro coche, e hirieron de gravedad a dos personas.
También se estudia si el grupo terrorista que constaba de más de una docena de personas, intentaba secuestrar a un soldado israelí en una de las trampas con bomba que colocó en otro escenario y fueron descubiertas por la tarde.
'La tensión en la zona es notoria', decían esta noche los periodistas israelíes desplazados a la región, que se encuentra cerrada al paso de civiles y bajo la estricta vigilancia de cientos de soldados que siguen buscando a más terroristas.
La pesadilla del gobierno israelí es que algún terrorista que haya escapado se adentre en alguna ciudad de Israel, quizás la abarrotada Eilat, y cometa nuevos atentados.
Por su parte, HAMAS evacuó sus instalaciones civiles y militares en Gaza, al prever que la Fuerza Aérea israelí seguirá los bombardeos a lo largo de la noche.
