Una bomba estalló ayer en un minibús que circulaba por una zona repleta de milicianos en el noroeste de Pakistán, matando a por lo menos a 17 personas a bordo y otras dos de un vehículo cercano, informó la Policía.
El autobús viajaba entre las ciudades de Hangu y Kohat, muy cerca de la caótica zona tribal del país. Los milicianos islamistas suelen realzar ataques en contra civiles y las fuerzas de seguridad en esa región.
El jefe policial de Hangu, Abdur Rashid, dijo que la bomba que destruyó el autobús contenía explosivos de alta potencia y que la explosión tuvo un gran efecto devastador porque el estallido alcanzó un cilindro de gas usado para impulsar el vehículo. Las autoridades pensaron inicialmente que sólo el cilindro de gas había provocado la explosión.
La bomba hizo estallar las ventanas de otro minibús que pasaba cerca y provocó que volcara de costado, causando la muerte a dos personas e hiriendo a otras 10, dos de ellas de gravedad, dijo Rashid.
Las imágenes de un noticiero de televisión local mostraban los fierros retorcidos en que quedó convertido el autobús junto a un camino, sólo se lograba ver las ruedas y el chasis. El otro autobús estaba volcado en las inmediaciones, con los vidrios rotos y sangre esparcida por la carrocería.
