Festejos. Pasajeros a bordo de una barcaza que vuelven a Juba, en el sur de Sudán, provenientes de la zona norte, un día antes que se celebre el referendo. EFE EL UNIVERSAL
Dos grupos insurgentes se enfrentaron con el Ejército del sur sudanés con un balance de por lo menos nueve muertos y un mando de seguridad opinó ayer que los grupos intentan disuadir a la asistencia a las urnas.
El sur del Sudán iniciará hoy domingo una semana de referendo por la independencia de la zona tras años de guerra civil.
Pese al ataque, las autoridades pronosticaron que la consulta electoral de una semana transcurrirá en paz. A fin que pase la consulta, una mayoría simple debe inclinarse por la independencia y el 60% de los 3.9 millones de votantes habilitados deben depositar su voto.
El ataque insurgente ocurrió por la noche del viernes o posiblemente la madrugada de ayer sábado, en una zona rica en petróleo de la divisoria entre el norte y el sur del país.
"¿Por qué ocurre ahora? La intención o motivo debe ser minar el referéndum", dijo el general Acuil Tito Madut, inspector general de la policía sureña. "Una vez que estallan estos combates significa que algunas personas no votarán en esas zonas y si no votan significa que no se alcanzará el porcentaje necesario".
El coronel Philip Aguer dijo que las fuerzas leales al líder insurgente Gatluak Gai atacaron a una unidad del Ejército Popular de Liberación del Sur del Sudán. Aguer agregó que en el contraataque del EPLS murieron 6 hombres.
Mientras tanto, en el estado de Jonglei, se registraron choques mortíferos entre los milicianos del comandante David Yauyau y el ejército sureño, dijo Madut. Entre los muertos figuró un civil, agregó Madut.
Según Madut, 32 insurgentes del grupo de Gai fueron detenidos por el Ejército sureño y llevados a Juba, la capital meridional, para ser interrogados sobre su cabecilla. Los hombres estaban armados con 30 fusiles automáticos AK-47, una ametralladora y un lanzagranadas, indicó.
El sur del Sudán, poblado por negros cristianos y animistas, ha sufrido décadas de rencillas internas y guerra civil con el norte, de mayoría árabe y musulmana. En las últimas semanas logró entablar negociaciones de paz con los comandantes desafectos, pero los hombres de Gai y los insurgentes de Yauyau no se han reconciliado aún con el gobierno sureño.
Busca ONU reconciliación
El referendo que determinará si Sudán se divide en dos, será sólo el primero de los enormes retos que el hasta ahora mayor país africano deberá enfrentar para alcanzar la reconciliación, coincidieron organismos civiles y la ONU.
Con cientos de miles de desplazados del norte al sur del país, zona que podría independizarse del gobierno central, y con la posibilidad de que el referendo de este domingo reinicie una guerra civil, la comunidad mundial advierte sobre la compleja situación que enfrenta Sudán.
Incluso sin considerar la crisis humanitaria creada por las más de 100 mil personas que, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se han desplazados del norte al sur, y de que un conflicto armado fuera conjurado, la situación del nuevo país será muy complicada.
"La votación podría crear el país más nuevo del mundo, aunque también sería uno de los menos desarrollados y hogar de algunas de las personas más pobres en la Tierra", expresó el organismo humanitario Oxfam.
Luego de décadas de guerra, más de la mitad de la población en el sur sudanés no tiene acceso al agua potable, tres cuartas partes es analfabeta y existen pocas escuelas, hospitales y caminos.
Asimismo, los conflictos armados locales obligaron a que tan sólo durante el año pasado, 200 mil personas se desplazaran de su lugar de origen para evitar la violencia.
El 15 de enero próximo, los habitantes de Abyei "el área petrolera del centro de Sudán", votarán para resolver si esta zona seguirá bajo la administración del norte del país o si se acogerá al gobierno del sur. Ambas consultas son parte del Acuerdo Amplio de Paz de 2005, que terminó con un conflicto entre el sur y el norte de Sudán y que en dos décadas causó la muerte de unos dos millones de personas.