El primer ministro de Pakistán dijo el lunes que la muerte de Osama bin Laden en una operación militar estadounidense fue "justicia hecha" e insistió en que las relaciones con Estados Unidos siguen siendo fuertes.
Pero advirtió a Washington que ataques unilaterales futuros serían recibidos con "plena fuerza".
El premier Yusuf Raza Gilani expresó además su confianza en las fuerzas armadas pakistaníes y la agencia de inteligencia, las cuales han sido criticados fuertemente por no confrontar al comando élite de la armada estadounidense que realizó la incursión contra bin Laden la semana pasada sin consultar a Pakistán.
La operación tuvo lugar el 2 de mayo en Abotabad, un suburbio acaudalado con fuerte presencia militar y apenas a media hora de la capital. La localidad del escondite de bin Laden ha causado sospechas de que funcionarios paquistaníes sabían dónde estaba el líder de al-Qaida y pudieran haberle ayudado.
Gilani rechazó enérgicamente esas acusaciones, diciendo que "es insincero que alguien culpe a Pakistán o instituciones estatales de Pakistán, incluyendo las fuerzas armadas y el ejército, de estar confabuladas con al-Qaida".
"Las acusaciones de complicidad o incompetencia son absurdas. Pakistán no es la cuna de al-Qaida", dijo Gilani en un discurso en el parlamento. "Nosotros no invitamos a Osama bin Laden a Pakistán ni a Afganistán".
Gilani aceptó que la no detección de bin Laden, que al parecer estaba viviendo en Abotabad desde hasta seis años, fue un error. Pero insistió que el error no fue solamente paquistaní.
"Si, ha habido un fallo de inteligencia", dijo Gilani. "No es solamente nuestro, sino de todas las agencias de inteligencia del mundo".