Asitencia. La Catedral Basílica Menor se mantuvo repleta durante todo el tiempo que permanecieron en la capital las reliquias de Juan Pablo II.
Los pronósticos previos de la arquidiócesis de Durango se cumplieron: fueron miles los que tomaron una buena parte del día para asistir a la Catedrál Basílica Menor de Durango, espacio al que "regresó" Juan Pablo II.
Desde su llegara, alrededor de las 01:00 horas del lunes, el flujo ya no se detuvo: una fila interminable de fieles católicos se formó alrededor de la Plaza de Armas, esperando el momento de admirar de cerca las reliquias del Pontífice beatificado.
Al final, fue evidente la carga espiritual que sigue representando para la ciudad capital el Papa Viajero; las imágenes hablan por sí solas. Aún después de haberse ido, sigue llenando de fe a las multitudes.