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Mujeres bellas

Addenda

GERMÁN FROTO Y MADARIAGA

Me enamoré de ella desde que la veía cabalgando en aquel brioso corcel, en el programa televisivo: "Fuego de juventud".

Nunca imaginé que aquella jovencita de menudo cuerpo y facciones hermosas, llegaría a ser, en un momento dado una de las mujeres más bellas del mundo.

Ni siquiera supe entonces de sus preciosos ojos color violeta, pues la televisión pasaba aún en blanco y negro.

Luego, cuando comenzó a figurar en las películas, su belleza se apreciaba en todo su esplendor.

Pero ¿qué pasó con ella?, a la vuelta del tiempo, consecuencia de las drogas y el alcohol, se fue transformando en una mujer gorda en la que apenas se podía adivinar aquella figura despampanante.

Liz Taylor, había desde entonces acabado con el mito de la Diva, aunque según dicen, seguía siendo una mujer de grandes cualidades.

Nada que hacer al lado de mi otro amor: Marilyn Monroe, que por el hecho de haber muerto joven, aún sigue siendo una diosa rubia para muchos de nosotros.

Es el tiempo, la vejez la que va acabando con los mitos, las leyendas y la belleza de esas mujeres que llenaron toda una época de nuestras vidas.

Algo peor, según cuentan, le pasó a la Brigitte Bardot, que se afirma, deambula aún por las calles de París, hecha una piltrafa humana.

¿Quién lo dijera? El símbolo sexual de Francia convertida en una callejera, causando el horror en donde entonces sembró la pasión.

La rubia de los peinados altos, las piernas largas, pestañas que tocaban el cielo y espalda esplendorosa, deteriorada gravemente por la edad e irreconocible para muchos de sus admiradores.

Es el tiempo que no perdona. El tiempo que si bien suele ser un gran maestro, tiene la mala costumbre de maltratar a sus alumnos.

¿Qué es preferible, entonces? ¿Morir joven, para poder pasar a la posteridad? Creo que en esos casos sí.

Porque habiendo sido todas las citadas mujeres hermosas, sólo la Marilyn ha perdurado en el tiempo con un recuerdo glamoroso.

Quizá, la Garbo, tenía razón cuando por propia determinación se ausentó del mundo y se negó a volver a aparecer en público.

Contadas son las mujeres de ese tipo que pueden llevar su edad con dignidad y prestancia: Sophía Loren, es una de ellas.

A sus cerca de ochenta años, continúa levantando pasiones, como cuando tenía una cintura breve, piernas hermosas y un busto provocativo que enloquecía a quienes la admirábamos. Y aún aparece en público tan hermosa como siempre.

Probablemente sea la última diva de toda aquella pléyade que engalanaban las pantallas de cine.

Influye sin duda también la calidad de vida. En Liz las drogas y el alcohol hicieron estragos; y en Bardot la extravagancia y otros factores casi la enloquecieron.

Muerta se salva Marilyn y viva, Sophia.

Entre nosotros quién no recuerda el deterioro total de María Félix. Con sólo verle las manos se moría uno de miedo. Y eso que su actitud fue siempre la de una diva, que había perdido todo su glamour, pero diva al fin.

La diosa de Álamo, jamás dio su brazo a torcer. Su bravuconería y actitud retadora las mantuvo hasta el final. Y después de muerta siguió dando mucho de qué hablar.

Pero así es la vida de las diosas, no pueden estar lejos del escándalo. Por eso es de llamar la atención el caso de la Loren, que sigue gozando de gran popularidad sin recurrir a esos escándalos.

Antes al contrario, su sobriedad y belleza, la han hecho una mujer admirada y enigmática.

Pero por encima de todas está Marilyn, como una de las mujeres más bellas que han pisado esta Tierra.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".

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