La práctica de la naturalización se extiende por todo el planeta con una impresionante velocidad y en cualquier vertiente deportiva.
Muchos deportistas alrededor del mundo deciden cambiar su nacionalidad. Las causas pueden ser muy diversas, pero sea cual sea el motivo, en todos los ámbitos deportivos encontramos ejemplos de quienes adoptan una bandera distinta a la que les vio nacer y dan todo por ella a la hora de competir.
El fenómeno de la naturalización de los deportistas es añejo a nivel mundial. El ex futbolista argentino Alfredo Di Stefano fue uno de los pioneros cuando a mediados de los cincuenta decidió volverse español. Pero si hablamos de un boom de la nacionalización, puede decirse que éste llegó a la par de las olimpiadas de Sidney 2000, momento en el que se percibió una cifra significativa de ‘conversiones’; incluso el presidente del Comité Olímpico Cubano, José Ramón Fernández, calificó esta hecho como “robo de atletas” y lo condenó por representar un “despojo de talentos a las naciones pobres”.
Algunos países permiten que sus deportistas naturalizados conserven una doble ciudadanía, pero otros -como México- no lo aceptan. Y si bien esta ‘transición de banderas’ se da prácticamente en todas las disciplinas, es posible detectar una mayor incidencia en el atletismo y el fútbol; quizá aún más en este último, pues gran cantidad de jugadores con alto rendimiento salen de Sudamérica y optan por cambiar el color de su pasaporte con la esperanza de así lograr vestir la playera de un combinado nacional, lo cual difícilmente lograrían si se quedaran en su lugar de nacimiento.
EL BALÓN NO PREGUNTA ORIGEN
Al naturalizarse como europeos, los futbolistas dejan de contar como elementos extracomunitarios en las ligas de Europa. De esta forma, aseguran de cierta forma la permanencia en sus respectivas escuadras.
Alemania destaca entre quienes han sabido aprovechar el potencial de los deportistas sin importar en cual tierra hayan visto la luz por vez primera. El claro ejemplo es su selección, tercera del mundo por segunda vez consecutiva después de sus participaciones en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Joachim Low, al timón de la Mannschaft (como se conoce al representativo teutón), reunió a un grupo de 23 jugadores que aparte del carácter para defender una misma causa tuvieran un pasaporte con el escudo germano. Es así que el año pasado entre el plantel que viajó a la última frontera del continente negro iban 10 integrantes no nacidos en suelo alemán o con ascendencia de otras estirpes.
Para empezar, su letal delantera formada por la dupla Miroslav Klose y Lukas Podolski, proviene de un país con el cual históricamente han tenido una difícil relación: Polonia. Además Low contó en sus filas con Piotr Trochowski, también nativo de Polonia; Claudemir Jeronimo Barretto, conocido como Cacau, originario de Santo André, Brasil; Jérôme Boateng, berlinés que posee la ciudadanía de Ghana; Marko Marin, de Bosanska Gradiška, Yugoslavia (hoy Bosnia-Herzegovina); Mario Gómez García, alemán con carnet de identidad española; Sami Khedira y Mesut Özil, germanos de raíces turcas; y Dennis Aogo, alemán de casta nigeriana. Sin el aporte de estos hombres, difícilmente hubiera sido posible que la selección teutona llegara a las semifinales por segundo campeonato consecutivo.
Igualmente en el pasado reciente de este país se pueden mencionar los casos de Gerald Asamoah, un ghanés que emigró a Alemania a los 12 años y se convirtió en el primer futbolista de raza negra en jugar para la Mannschaft; y Kevin Kuranyi, de nacionalidad panameña y brasileña además de la alemana. Aun así, Asamoah fue blanco de una campaña discriminatoria por formar parte de la delantera de un conjunto de raza caucásica, y su nombre fue asociado con la imagen de un simio.
De latinos a peninsulares
Nativo de Zamora, Michoacán, Rafael Márquez salió de México a los 20 años y debutó con el AS Monaco de Francia en agosto de 1999. Tras cuatro temporadas se puso la camiseta del FC Barcelona y finalmente en noviembre de 2006 juró la Constitución de España para adquirir su ciudadanía. Una situación similar es la del argentino Sergio Kun Agüero, quien hace apenas unas semanas anunció vía Twitter que adquirió la doble nacionalidad, ampliando su lealtad hacia España. El Kun ha dicho sentirse a gusto como jugador del Atlético de Madrid, en el cual le gustaría permanecer durante muchas temporadas más.
FIFA vs. la nacionalización al extremo
La FIFA se ha pronunciado en contra de que se extienda el fenómeno de la nacionalización de futbolistas, y ha alertado sobre los riesgos que esto conlleva. Como ejemplo está la selección de Argelia, que a Sudáfrica 2010 llegó con 17 jugadores no nacidos en su país (de los 23 del plantel completo), todos franceses con ascendencia argelina.
Joseph Blatter, presidente del organismo, asegura que hay aproximadamente 6,000 futbolistas latinoamericanos (en especial argentinos y brasileños) que buscan ‘cruzar el charco’ para fijar su residencia en el continente europeo. El principal problema radicaría en que de continuar así, para las siguientes ediciones de la Copa del Mundo habría numerosos sudamericanos compitiendo por otros países.
De tricolor a multicolor
Desde su arranque como liga profesional de fútbol, la Primera División en México ha contado con jugadores nacionalizados. La naturalización en territorio azteca permite a los extranjeros adquirir los mismos derechos y obligaciones de cualquier mexicano.
Antônio Naelson Sinha Matias, Leandro Augusto Oldoni (brasileños), Gabriel Caballero y Matías Vuoso (argentinos) son algunos de los que han venido a México y optado por formalizar su ciudadanía para vestir la casaca del Tri, siempre envueltos en la controversia.
Otro caso es del Mauro Camoranesi, quien a sus 19 años militó en Santos Laguna y luego pasó por Cruz Azul. Pero antes de aprender nuestro himno nacional se marchó hacia Italia, donde se integró al Juventus de la serie A italiana. Su desempeño lo llevó a defender años más tarde a la Azurra, con quien levantó la Copa del Mundo en 2006.
Ante el creciente número de inmigrantes que pasaban a ser mexicanos para dejar de ocupar una plaza de foráneo y así tener más posibilidades de permanecer en la nómina de determinado plantel, desde hace algunos años la Federación Mexicana de Fútbol reglamentó que aquellos elementos que se nacionalicen continuarán pateando el balón en calidad de extranjeros hasta que transcurran dos años de efectuado el trámite.
CORRER POR OTRA BANDERA
Como ya se comentó, el atletismo es una disciplina en la que constantemente se recurre a la naturalización de deportistas. Bernard Kipchirchir Lagat nació en Kenia y es especialista en la prueba de los 1,500 metros planos. Tras contender durante varios años por su terruño, en mayo de 2004 obtuvo la ciudadanía estadounidense. No obstante en los Juegos Olímpicos del mismo año representó a Kenia, situación que posteriormente tuvo que lamentar pues las leyes kenianas no admiten la competencia de deportistas con doble nacionalidad, por lo que a la fecha la medalla de plata que consiguió se encuentra en medio de una disputa legal.
España ha visto como sus pistas de tartán se llenan de corredores extranjeros, especialmente de procedencia africana. Alemayehu Bezabeh Desta, oriundo de Addis Abeba -Etiopía-, es el actual poseedor del récord de España en los 5,000 metros planos y fue el primer español que se convirtió en campeón europeo de campo traviesa, en la justa de Dublín 2009.
En lo que respecta a México, de acuerdo a información difundida por la agencia Notimex en febrero de 2010, el presidente de la Federación Mexicana de Atletismo (FMA), Antonio Lozano Pineda, se manifestó en contra de ‘adoptar’ atletas para que corran por nuestro país, argumentando que los cuantiosos recursos económicos que eso implicaba podrían emplearse más provechosamente “para trabajar con jóvenes”.
DECISIÓN PERSONAL
La práctica de la naturalización se extiende por todo el planeta con una impresionante velocidad y en cualquier vertiente deportiva. Hoy en día vemos cómo Albert Pujols, surgido de la República Dominicana y estadounidense desde 2007, ha bateado más de 400 jonrones en las Grandes Ligas norteamericanas.
Dikembe Mutombo, originario de la República Democrática del Congo, jugó en el mejor basquetbol del mundo con los Houston Rockets y llegó a ser considerado uno de los mejores taponadores y defensores en la historia de la NBA. Mientras que la gimnasta de linaje ruso Nastia Liukin, bajo el cobijo estadounidense se hizo de un envidiable medallero en Beijing 2008, incluyendo el oro en gimnasia artística individual, plata y bronce en ejercicios individuales por aparatos, además de dos medallas de oro y dos de plata en el mundial de Melbourne 2005.
Cada gobierno indica los requisitos que debe cumplir un individuo para ser admitido como un hijo más de la patria. Y aunque este hecho se aprecie más en algunas disciplinas, lo cierto es que parece ser sólo el inicio de la globalización del deporte.
Correo-e: jsepulveda@elsiglodetorreon.com.mx