El arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, denunció ayer que grupos de la delincuencia organizada actúan líbremente en varios municipios de Durango y Zacatecas, sin que las autoridades hagan algo por detenerlos.
Durante una rueda de prensa, el prelado refirió municipios como Miguel Auza, Río Grande y Juan Aldama, en Zacatecas, como una zona en la que los delincuentes andan “por la calle, en sus camionetas, tranquilamente y nadie les dice nada”, según explicó.
Dijo que en esos municipios, durante ejercicios de predicación, le ha pedido a los feligreses que tengan mucho cuidado con los miembros de los cárteles.
En Durango, citó a municipios como San Juan del Río, Tepehuanes y Santiago Papasquiaro, como zonas de impunidad delictiva.
Reiteró, además, su llamado a las autoridades para que hagan algo para solucionar la alta presencia delictiva: “yo sí he hablado públicamente de la necesidad de que recojan a esa gente y la pongan a buen recaudo”.
Sobre las razones por las que las corporaciones no han actuado, consideró que en esos lugares permean la complacencia y el miedo, pues hay temor a una venganza por parte de los delincuentes.
Jerarca ‘polémico’ En los últimos años, varias declaraciones de González Martínez han alcanzado proyección nacional por sus señalamientos directos contra miembros de cárteles dispersos en diferentes puntos de la entidad.
La primera y más impactante de todas, data del 17 de abril de 2009, cuando señaló la presunta ubicación del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera.
