Cardozo, técnico de Querétaro, tuvo al público a su favor. (Jam Media)
Era como un espejo. José Cardozo en un rincón del área y Ricardo Ferreti en el otro. No se voltearon a ver, permanecieron estoicos y cumplieron con la consigna que el pique exige: no se saludaron, ni siquiera el intento por hacerlo. En eso son iguales ambos técnicos.
La promesa se convirtió en realidad. Ninguno de los dos olvida la polémica que empezó en 2004 y que revivió como pimienta para la serie de semifinal entre Querétaro y Tigres. La presunta amenaza de muerte del paraguayo al brasileño y los respectivos dimes y diretes entre la semana, provocaron una suerte de indiferencia que bien puede significar el rencor añejo.
Ricardo Palacios [vaya nombre para un "hincha de Gallos"] tampoco olvida el pique entre ambos estrategas. Se burla mediante una omisión.
Le falta "matar" a alguien. En sus manos carga un ataúd de Tigres y otro más de la barra que apoya a los felinos. Claro, está ausente el de Ferreti, pero le dio miedo hacerlo, porque "¿qué tal que viene la policía y me detiene por andarlo amenazando de muerte?".
Viene solo al Estadio Corregidora. Está convencido de que la victoria será para los suyos y que estarán por primera vez en la final del futbol mexicano.
También cree que la polémica de esta semana entre el "Tuca" y José Cardozo es una cortina de humo, "porque sabe que los Tigres van a perder, se siente presionado".
En la cancha, los dos entrenadores continúan sin verse los rostros, pareciera que un cruce de miradas sería letal para detonar un conflicto mayor entre los ahora estrategas. Después de todo, "El Diablo Mayor" ya avisó que "algún día me lo encontraré para que me diga todo de frente".
"Ferreti anda diciendo que nuestro entrenador lo amenazó de muerte porque sabe que vienen a nuestra casa a perder; yo digo que 2-0 y en el Volcán va a ser un 1-1 o también 2-0 a nuestro favor", afirma Palacios.
Rotulista de oficio, Rodrigo Palacios se dio 20 minutos en su trabajo para hacer dos féretros de unicel, los pintó de amarillo porque asistirá a la sepultura de los universitarios del norte. Los presume ante los demás seguidores del conjunto queretano, que admiran su obra, la aplauden y hasta esbozan sonrisas que rápidamente se transforma en carcajadas.
Una de las cajas mortuorias dice "Títeres", el otro "Libres y jotos". Su burla se queda hasta ahí, porque en tono sarcástico, dice que tiene miedo, porque no sabe si en una de esas el técnico brasileño "aparece por ahí", le pueden echar la culpa.
"No, la verdad es que no lo hice [el ataúd del "Tuca"], porque si luego vienen los policías y luego aparece por ahí van a decir que fui yo y eso no se vale, porque ya se le hizo a Cardozo. Entonces yo prefiero que se quede así", enfatiza Palacios con una mirada bromista.
La barra de Querétaro comparte el "temor". Uno de sus integrantes que se reserva el nombre explica que sólo le tiene una "sorpresita" a Los Libres y Lokos, la porra de los felinos regios.
- ¿Por qué no hacerla una porra al "Tuca", después de todo lo que ha dicho?
- No. No vale la pena porque nos puede acusar de amenazas.
