Miles de nicaragüenses acudieron con flores y coronas a los diferentes cementerios del país para conmemorar el Día de los Difuntos, festejo al que varios se hicieron acompañar de músicos y al que "convidaron" buñuelo y sopa borracha a sus seres queridos al pie de sus tumbas.
Desde tempranas horas del día familias completas comenzaron a llegar a los camposantos para depositar flores sobre las tumbas, en coloridos ramilletes, coronas u otro tipo de ornamentos.
Las flores y los recuerdos engalanan las tumbas durante este día y, en algunos casos, los nicaragüenses han llegado con músicos a los cementerios, así como con comida y los típicos dulces.
Una de las principales tradiciones populares para esta ocasión es el consumo del buñuelo y la sopa borracha, dulces empalagosos que se reflejan con mayor presencia en el Día de los Difuntos en Nicaragua.
En algunos camposantos de los 153 municipios nicaragüenses se ha oficiado misa por los muertos.
Los sacerdotes asisten a los cementerios y a petición de los fieles católicos se acercan a las tumbas para rezar por algunos difuntos.
El presidente Daniel Ortega participará este miércoles en una misa que oficiará el cardenal Miguel Obando y Bravo, coordinador de la Comisión de Paz y Reconciliación del Gobierno, en ocasión del Día de los Muertos, confirmó hoy a través de medios oficiales la primera dama, Rosario Murillo.
"Estaremos acompañando a todos nuestros hermanos con oraciones para honrar a nuestros seres queridos", precisó la funcionaria.
"También vamos a estar orando y actuando para garantizar que esas elecciones (sean) absolutamente libres, las mejores en nuestra historia, el próximo 6 de noviembre", continuó Murillo, quien abogó por celebrar unos comicios en "calma, en tranquilidad y acorde con la madurez y la conciencia evolucionada" de los nicaragüenses.
Este año la celebración del Día de los Difuntos ocurre a cuatro días de las elecciones presidenciales y parlamentarias, en las que el mandatario Ortega busca su reelección.
En las elecciones de este 6 de noviembre el actual gobernante sandinista aspira a continuar en el poder durante cinco años más pese a que existe una norma constitucional que prohíbe la reelección inmediata que, sin embargo, fue declarada inaplicable por magistrados oficialistas de la Corte Suprema de Justicia.
Ese fallo ha sido calificado de "inconstitucional" y de "golpe a la democracia" por los opositores.
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