El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) determinó no ratificar en su cargo al Magistrado Miguel Ángel Ramos Pérez, al contar en su expediente con una sanción que se le dictó por haber hostigado laboralmente a una de sus subordinadas que se negó a sostener una relación sentimental con él.
El Pleno del Consejo, de manera unánime, decidió que la conducta en que incurrió Ramos Pérez (y que motivó que en el 2006 fuera suspendido seis meses sin goce de sueldo) le impide seguir desempeñándose como juzgador federal, por lo que a partir del 24 de mayo fue separado de su cargo.
El CJF señaló en un comunicado, que durante su desempeño como impartidor de justicia no se ajustó a los principios de excelencia y profesionalismo que exige la Constitución.
Ramos Pérez se desempeñaba como magistrado de Circuito, integrante del Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Segundo Circuito, con residencia en Toluca, Estado de México.
Los juzgadores federales (Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito) son nombrados y adscritos por el Consejo de la Judicatura Federal conforme al marco constitucional previsto por los artículos 97 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que rigen la carrera judicial.
Con base en estas disposiciones el Consejo tiene, entre otras, la obligación de revisar el desempeño de los juzgadores una vez que cumplen seis años en su cargo, para determinar si los ratifica o no.
En el caso de Ramos Pérez, el Pleno del Consejo decidió que la conducta en que incurrió le impide seguir desempeñándose como juzgador federal
En opinión del Consejo la delicada función que tienen encomendada los juzgadores no puede cumplirse, adecuadamente, por funcionarios que no respetan al personal bajo su mando y que los acosan para tener relaciones distintas a las laborales.
A partir de este caso, el Consejo determinó que quienes incurren en este tipo de conductas no sólo afectan a quienes son objeto de las mismas, sino también a la sociedad, pues quienes se aprovechan de una situación de jerarquía y con un deseo sentimental denigran, humillan y someten a sus subalternos, causan una afectación que trasciende a las instituciones.