Un joven español tartamudo ha visto denegada su solicitud de trabajar como marinero en el sector pesquero porque la alteración comunicativa que padece podría resultar peligrosa para la seguridad del resto de la tripulación, según resolvió el Instituto Social de la Marina (ISM).
Ese organismo desestimó un recurso interpuesto por Rafael V., un hombre de 34 años de la provincia andaluza de Huelva (suroeste), contra la resolución del Centro de Sanidad Marítima que lo declaró "no apto" para el trabajo de marinero.
La resolución, conocida por Efe, indica que "no se puede garantizar que las condiciones psicofísicas del reclamante sean compatibles con las características de su puesto de trabajo y no supongan un peligro para la seguridad y la salud del resto de la tripulación".
Para desestimar el recurso, el Instituto Social de la Marina alega el "intenso grado de disfemia" del reclamante y la importancia de la comunicación verbal en las faenas de pesca para prevenir los accidentes.
En este sentido, se apunta que "si bien los mensajes verbales generados en los procesos productivos deben ser cortos, simples y claros, la secuencia de las operaciones requieren una compleja coordinación".
El ISM considera, además, que la comunicación gestual adecuada del joven "no puede suplir a la verbal, especialmente en actividades pesqueras que pueden ser realizadas en horario nocturno".
Otro motivo esgrimido para ratificar que no es apto para el trabajo radica, según el organismo, en el hecho de que el reclamante pretenda acceder por primera vez al sector marítimo pesquero, por lo que carece de la experiencia, adaptación y adiestramiento precisos para poder compensar las limitaciones derivadas de su trastorno.
El pasado día 16, el afectado denunció su caso y elevó una queja al Defensor del Pueblo andaluz.
Rafael V. asegura que superó todas las pruebas pertinentes para obtener el correspondiente carné de pescador, aunque no pudo pasar el reconocimiento médico en el ISM, algo que considera "una total discriminación".
En el reconocimiento médico, expedido el 12 de abril, pasó todas las pruebas, aunque fue declarado no apto porque, según el facultativo, tiene "tartamudez intensa y comunicación verbal difícil".
Vázquez asegura que nunca ha tenido problemas para trabajar en otras ocupaciones y recuerda que durante doce años ha sido albañil, forjador y empleado de gasolinera, además de voluntario de Protección Civil.
