'Ninis', riesgo para región
En México y los países de América Latina existen 16 millones de "ninis", jóvenes que ni estudian ni trabajan, lo que representa un "riesgo "y un "problema emergente", para la cohesión social, la seguridad y la democracia, afirma un estudio del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Los "ninis" de entre 15 y 25 años de edad son "proclives a la violencia, la criminalidad, el embarazo temprano, las adicciones y la falta de desarrollo de capacidades futuras", y hasta ahora sólo en Nicaragua, Panamá y Brasil hay apoyos gubernamentales de orden "coyuntural", explica el documento presentado por el director del Instituto de Innovación Educativa del Tec de Monterrey, Miguel Székely Pardo.
Los sistemas educativos se convirtieron en el "cuello de botella" y en los "potenciales generadores de ninis" en la región, debido a la "elevada deserción escolar que inicia a los 15 años y con efectos coyunturales de inestabilidad económica. La condición de pobreza, marginación, desempleo y abandono escolar se convirtieron en el "combustible para el crecimiento del grupo de los ninis en la región", describe el documento.
A partir de las información que arroja la Encuesta de Hogares de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), el estudio Jóvenes que ni estudian ni trabajan: un riesgo para la cohesión social en América Latina señala que en 18 países latinoamericanos hay 16 millones de jóvenes dedicados al "ocio" y son un "riesgo", un "problema emergente" de cohesión social, seguridad y democracia para la región en los siguientes años.
El estudio de quien fuera subsecretario de Educación Media Superior, revela que el grupo de jóvenes en edad de ir al bachillerato (de 15 a 18 años) y que no estudian ni tienen actividades laborales es de 9 millones en América Latina.
Este segmento de la población es el que está "sujeto a nuevas vulnerabilidades, incluyendo las adicciones, los patrones alimenticios disfuncionales, la criminalidad, la violencia, la exposición a información no apta para su edad, las relaciones familiares disfuncionales, entre otras, que los hacen susceptibles a mayores riesgos que en el pasado".
El investigador del Tec de Monterrey afirma que esta percepción se respalda con las estadísticas existentes para los países de la región, en las que se advierten "mayores tasas de criminalidad y de exposición a la violencia" entre personas de estas edades.
Al ampliar el rango de edad a los 25 años, a los que también debieran recibir servicios de educación superior, la proporción se incrementa a 16 millones de personas, es decir, un cuarto de la juventud en América Latina.
La cantidad de "ninis" por país varía, pero en el caso de México contabiliza 1.2 millones de jóvenes de entre 15 y 18 años de edad. Los porcentajes entre los 18 países analizados van desde 7%, en Bolivia, hasta 23%, en Honduras.
Con base en datos de la CEPAL, indica que 24% de "ninis" vive en "situación de indigencia" y 19% en pobreza. "Solamente 10% del total habita en un hogar cuyos ingresos los ubican en 20% de la población más rica (con mayores ingresos) de la población".
Una tercera parte de los jóvenes sin oportunidades educativas y laborales viven en situación de precariedad, que se convierte en un "patrón de incidencia entre los ninis".
De total, 35% no tienen la primaria terminada, una cuarta parte del grupo apenas logró obtener un certificado de primaria, 17% concluyó la secundaria, 15% tiene bachillerato truncado y sólo 8% obtuvo el grado de bachillerato. "Estos datos reflejan, que la probabilidad de ser nini aumenta si la deserción del sistema educativo se da en edades tempranas".
Revela que, a excepción de Guatemala y Nicaragua, todos los países tiene tasas de cobertura casi universal para la primaria, pero es en el paso a la secundaria en donde se "observa una caída importante", que lleva a que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 15 años de edad abandone la escuela.
Pero "la mayor pérdida de matrícula" en todo el sistema educativo se da en el nivel de bachillerato. La cobertura cae a 33%, eso significa que dos de cada tres jóvenes salen del sistema educativo. Las mayores pérdidas se presentan en México, Colombia, Venezuela, Paraguay, Salvador y Honduras.
EL UNIVERSAL
