¡No culpes a la tiroides!
Es común que las personas con sobrepeso busquen una justificación para su aspecto. Quizá entre las más comunes está afirmar que la gordura es consecuencia de una enfermedad llamada hipotiroidismo. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos la tiroides no es la responsable.
A menudo oímos que tal o cual persona “está mal de la tiroides” y que a tal enfermedad se debe su sobrepeso u obesidad. No obstante, si alguien es diagnosticado con hipotiroidismo, puede evitar la gordura. Hay mucha gente que lo padece y lo controla mediante tratamiento farmacológico y el cambio de algunos hábitos.
TIROIDES A LA BÁSCULA
El hipotiroidismo es una alteración de la glándula tiroides que ocasiona una disminución en la producción de las hormonas del mismo nombre, cuya acción es estimular la tasa de oxidación celular prácticamente en todos los tejidos. En otras palabras esta glándula controla el metabolismo, pues regula la temperatura corporal a través de la secreción de sustancias que controlan la rapidez con la que el organismo quema calorías y utiliza la energía.
No obstante, el vínculo entre obesidad e hipotiroidismo no es realmente relevante, ya que según estudios internacionales sólo un bajo porcentaje de los individuos con sobrepeso tienen problemas de tiroides. “Es verdad que el hipotiroidismo puede favorecer el aumento peso, pero de ninguna manera significa que los que sufren este problema deban tener kilos de más, pues es totalmente controlable”, explica Manuel Guajardo.
Según numerosos expertos en el tema, la generalidad de los casos de sobrepeso y obesidad obedecen netamente a una vida sedentaria y a malos hábitos a la hora de comer. En efecto el sujeto hipotiroideo presenta dificultad para quemar grasas, además de cierta tendencia al almacenamiento de las mismas y una disminución del gasto energético. Pero con el tratamiento correcto los síntomas se eliminan casi en su totalidad, por lo que si el paciente ganara muchos kilos la tiroides no sería la responsable. De hecho, se sabe que las personas hipotiroideas no suelen subir más de seis kilos.
DETECCIÓN Y TRATAMIENTO
El hipotiroidismo adquirido se presenta a cualquier edad -a partir de los cinco años- y en ambos sexos, pero es poco común que se presente en niños o gente joven. Lo usual es que se manifieste en mujeres mayores de 40 años. Se estima que el 10 por ciento de las féminas en este grupo de edad lo sufren, y en quienes rebasan los 60 años la incidencia sube hasta un 20 por ciento.
Algunos síntomas del padecimiento son fatiga, piel seca, estreñimiento, somnolencia y cansancio. Existen muchos factores que pueden provocar la enfermedad. Las causas son variadas y no tan conocidas. Se sabe que la principal es una deficiencia en el aporte de yodo, o bien puede derivar de una tiroiditis (inflamación crónica de la glándula). También se dan casos de hipotiroidismo congénito, éste se presenta por un defecto en el desarrollo de la tiroides durante el proceso de formación del bebé en el vientre materno. De hecho a todos los recién nacidos se les debe realizar un estudio llamado ‘tamiz neonatal’ para determinar las hormonas tiroideas en la sangre y poder identificar lo antes posible la presencia de un problema, si bien “el trastorno es muy poco frecuente y apenas uno de cada 1,200 recién nacidos lo presentan”, comenta el endocrinólogo.
Cuando se diagnostica la afección, al paciente se le administran hormonas tiroideas y además se vigila la supresión de todos aquellos fármacos que dificulten o entorpezcan la actividad de la glándula. Una vez recibido el tratamiento el metabolismo se normaliza. Es importante resaltar que además de la medicación se debe seguir un plan integral que incluye una dieta sana y equilibrada, y complementarla con la práctica diaria de alguna actividad física. Esta combinación permitirá que el individuo hipotiroideo mantenga un óptimo peso corporal.
CON TIROIDES FELICES
Es posible mantenerse dentro del peso adecuado con o sin hipotiroidismo. La clave está en comer bien y hacer ejercicio. A mayor actividad física, aumenta la quema de grasas y eso ayuda a que el metabolismo sea más rápido. Asimismo, una nutrición acorde a la persona (tomando en cuenta su estatura, edad, etcétera) aporta las calorías necesarias sin que éstas se acumulen y desborden el peso.
A menudo la gente piensa que esta enfermedad es una condena a ser gordo, pero no tiene por qué ser así. Verlo de esta forma es natural para quienes prefieren echarle la culpa a algo en lugar de asumir la responsabilidad de cuidarse, considerando que “favorece el sobrepeso pero no es determinante. La percepción de quienes afirman lo contrario obedece a un deseo de encontrar algo a lo cual culpar. La hipofunción no sentencia a nadie a ganar kilos”, concluye el especialista.
Así, para quienes sospechan padecer hipotiroidismo, un primer paso rumbo a la salud es acudir al médico endocrinólogo a fin de que éste confirme si efectivamente existe el problema. Después, hay que seguir sus indicaciones. No olvide que en todo momento un nutriólogo puede ser de gran ayuda para definir qué tipo de alimentación es la más apropiada para nuestro organismo.
Correo-e: fperez@elsiglodetorreon.com.mx
Fuente: Médico Endocrinólogo Manuel Guajardo.