El presidente francés Nicolás Sarkozy prometió que junto con sus socios europeos "nunca daremos la espalda al euro", una profesión de fe en la divisa común al considerarla la conexión con la paz y la prosperidad, pese a que el estado de la deuda soberana de la región tiene preocupados a los inversionistas.
Los persistentes temores por la salud del euro alimentaron los diversos debates del foro y en la mente de todos los asistentes pesaba la interrogante de: ¿Podrá salir Europa del pozo de su deuda soberana y crecer nuevamente para competir con economías emergentes como China?
Sarkozy dijo que las esperanzas del continente se basan en la moneda común, compartida por 17 países. "La desaparición del euro sería tan catastrófica que no podemos ni siquiera imaginar la idea", dijo.
Este señalamiento lo hizo después de que George Soros criticó el papel del euro en la actual crisis de deuda que tiene Europa.
