No dejes para mañana...
El 2011 ya está aquí y seguramente, como cada año, usted ya realizó su lista de propósitos; ahora viene lo más difícil: cumplirlos.
La pregunta es, ¿por qué nos cuesta tanto trabajo empezar un proyecto?, ¿Es la desidia, el miedo o la flojera lo que lleva a la mayoría de las personas a dejar todo a medias?
La psicóloga Diana Sánchez Sánchez tiene una explicación. La gente debe ser consciente que cuando decide emprender nuevos proyectos o actividades, forzosamente deberá realizar cambios en su estilo de vida para mejorar la calidad de la misma, “no obstante somos renuentes y postergamos iniciarlas o lo dejamos para mañana porque nos es desagradable hacerlo, nos molesta e incomoda, es decir, hacerlo implica salir de la zona de confort”.
La especialista señala que el ser humano por naturaleza necesita sentirse seguro, estable, protegido, por lo tanto todas sus actividades y decisiones serán para procurar esto. “Sin embargo, conforme pasa el tiempo llegamos a aferrarnos tanto a algo que nos da seguridad, que lo adoptamos y es ahí cuando creamos una zona de confort, lugar donde no existe nada que nos genere malestar o disgusto”.
Aunque por lo general es al inicio de año cuando las personas se proponen emprender nuevos proyectos, esto no debería ser así, pues cada día que iniciamos nos da la oportunidad de hacerlo.
-¿Nos resistimos a iniciar los cambios por inseguridad o flojera?
“Tendemos a posponer determinadas acciones para evitar una situación desagradable, se hace por protección ante un disgusto, una mala experiencia o simplemente por miedo al fracaso”, agrega la licenciada Sánchez Sánchez.
Y es que, explica que existen personas con muy poca tolerancia a la frustración, siendo ésta la que no les permite volver a intentar las cosas cuando no les salen como lo planean. “Tenemos que aprender a no darnos por vencidos, pero siendo conscientes de lo que somos, de nuestra realidad”.
Una de las mayores razones por las que el ser humano no finaliza o ni siquiera inicia nuevos proyectos, es porque duda de sus propias habilidades y capacidades, de ahí que invente excusas para dejarlas para después, “pero luego nos sentimos culpables por no hacerlo, nos animamos, pero pueden más las inseguridades personales”, agrega la licenciada.
-¿Cómo aprender a romper con la inercia?
“Primero realizar un auto conocimiento verdadero, descubrir y valorar las propias capacidades, habilidades y aptitudes, pero también ser consciente de nuestras limitantes, no creernos todo poderosos, sino reconocer quiénes somos verdaderamente, con esto se elevará la autoestima y la autoconfianza, lo que nos permitirá atrevernos a hacer cosas nuevas, a salir de la zona de confort”.
Otro punto de suma importancia es siempre realizar metas claras y reales al momento de comenzar un proyecto. Para lograrlo, una vez que se realice el autoconocimiento, se debe proseguir a marcar prioridades, en cuanto a lo que es importante y urgente, de esta manera se puede administrar el tiempo en medida de estas dos variantes.
Administrar tiempo implica saber cuánto se llevará en realizar determinada actividad, si se necesita más tiempo antes para planear y/o preparar, etcétera, de esta manera destinaremos lo necesario y de manera organizada.
En la medida de lo posible, es bueno conseguir una agenda y apuntar las actividades en ella, esto servirá de guía para respetar los tiempos.
¿Y qué hacer si caemos? Al principio será difícil, pero para evitarlo, si tenemos una meta que sea de gran relevancia, podemos hacerla saber a alguien de nuestra confianza para que nos recuerde el porqué decidimos hacerla. Si dudamos en continuar, hay que recordar que ganar es volver a levantarse cuando se caiga. Así mismo se debe tener claro cuál es la ganancia que recibiremos si cumplimos lo que nos propusimos (satisfacción personal, salud, dinero, amistad, amor, etc.) y tomarlo como motivación.
Otra manera sería realizar en primer lugar aquello que nos cuesta más trabajo, por ejemplo hacer ejercicio y en seguida algo que nos genere placer como ver tv, escuchar música, etc., a manera de motivación.
Finalmente, ¿cómo evitar el autosabotaje? “Ante todo aceptar que nos estamos autosaboteando, observar nuestro comportamiento, reconocer cuáles son nuestros pensamientos y miedos en el momento; responder a qué le temo, lo que nos preocupa, pero también aspectos positivos como si tengo éxito en X cosa. Revisar el autoestima, porque recordemos que es la base de todo evitar el reproche y castigo; en su lugar emplear frases de motivación y autoconfianza”.