Oficio. Todos los días Genaro recorre las calles de la ciudad para pepenar basura. En promedio gana unos 100 pesos pero no es suficiente para una cena de Navidad.
Las velas estarán apagadas esta noche en la casa de Genaro Castillo. No habrá una cena de Navidad y tampoco juguetes para sus nietos. A sus 52 años se dedica a pepenar cartón, botellas, aluminio y toda la basura que se pueda vender.
A Genaro no le quedó más remedio que "charrasquear", es decir, andar esculcando bolsa tras bolsa para sacar lo que se pueda vender.
Ayer viernes, la asociación civil "Resplandeciendo en la necesidad" realizó una posada para los pepenadores de Torreón. Entre ellos estaba Genaro con sus seis nietos, a quienes mantiene.
Desde hace dos años y medio, Genaro se dedica a la pepena. En muchas casas lo reciben con malas caras porque dice que otros rompen las bolsas y dejan la basura esparcida por todo en el suelo ante la molestia de las personas.
"En lugar de desatarlas y luego sacar la basura, prefieren romperlas, y por eso luego nos regañan a todos. La verdad nos tenemos que aguantar las malas caras y así es nuestro oficio".
Todos los días, desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde, recorre cuadra tras cuadra de varias colonias de Torreón. Abre una bolsa, luego la otra, hasta tener suficiente material para vender.
No le quedó más remedio que dedicarse a la pepena cuando lo despidieron de su trabajo. Por su edad, en ningún lado le dieron empleo, "tenemos qué salir adelante, ni modo de quedarnos sin hacer nada".
Genaro tiene los zapatos rotos y agujeros en la chamarra. A diario gana un promedio de 100 pesos. "La botella está a cuatro pesos con 50 centavos y el cartón a un peso con 20 centavos, también recojo aluminio, fierro, lámina, colchones, y hasta palos de escobas y trapeadores, todo lo que se pueda vender".
Sin embargo, los 100 pesos apenas le alcanzan para irla pasando día a día. Si alguno de sus nietos se enferma le pide dinero prestado a quien sea para llevarlos con el doctor y comprarles su medicina porque no tiene seguro médico.
Tiene seis nietos y todos dependen de él. Van a la escuela y siempre trata de que tengan algo qué comer. "Los niños están acostumbrados a estar conmigo, y pues yo ya me impuse también".
En esta Navidad, no sabe si tendrán algo para cenar, "lo importante es que tengamos salud y estemos unidos. A diario sólo gano lo suficiente para irla pasando, no tengo dinero para regalarles algo a mis nietos".
La Navidad de 2010 en casa de Genaro hubo cena porque Casa Puente les regaló carne asada, pero este año no le dieron nada.
Genaro dice que en ocasiones sale a trabajar sin desayunar. A veces entre las bolsas de basura encuentra algo para comer, "me da tristeza no tener nada para regalarles a mis nietos, pero lo importante es que todos estén bien de salud esta Navidad".
Si esta Navidad alguien quiere ayudar a Genaro Castillo Robles, lo puede encontrar en la calle Emiliano Zapata número 4 de la colonia División del Norte.
