Noche de miedo
Las Vegas, Nevada. El joven Charlie Brewster (Anton Yelchin) vive en un suburbio tranquilo. A pesar de haber sido un adolescente “nerd”, ahora es mejor aceptado por sus compañeros de escuela, entre ellos la atractiva Amy Peterson (Imogene Poots), su guapa novia. A la casa de al lado se muda Jerry Dandridge (Colin Farrell), un hombre que trabaja de noche y atrae a Jane Brewster (Toni Collette), madre de Charlie. Ed (Christopher Mintz-Plasse), amigo “nerd” de Charlie, sospecha que Jerry es un vampiro, responsable de la ausencia de varios estudiantes. Cuando Ed desaparece, Charlie acude a Peter Vincent (Andy Tennant), un ilusionista de Las Vegas experto en vampiros…
¿QUIÉN ES CHARLIE?
En 1985 la película “La Noche del Espanto” (“Fright Night”) se convirtió en un sorpresivo éxito de crítica y taquilla. Este filme fue el debut como director del actor y guionista Tom Holland, quien luego crearía y dirigiría “Child’s Play”, conocida en México como “Chucky, el Muñeco Diabólico”. Desde hace algunos años, los estudios DreamWorks habían considerado la posibilidad de hacer un remake y, tras vencer varios obstáculos, el proyecto finalmente se concretó. La historia básica de “Noche de Miedo” (“Fright Night”, 2011) fue escrita por el propio Tom Holland, y la encargada del libreto definitivo fue Martha “Marti” Noxon, guionista de la serie “Buffy La Cazavampiros”.
HUELE A GAS
Combinar el terror y el humor es difícil. El remake de “Fright Night” se arriesga y gana al crear una cinta balanceada con algunas escenas memorables. Anton Yelchin está perfecto como el “nerd” que logra superar la percepción que los demás tienen de él y, a la vez, nos convence de que en el fondo sigue siendo el mismo “nerd” de antes. Como antagonista, Colin Farrell encarna a un vampiro muy moderno, seductor, con movimientos corporales elegantes y fluidos, preparados para transmitirnos la sensación de que algo -entre animal y sobrenatural- habita su cuerpo. Mención especial merece el escocés Andy Tennant, quien encarna a un Peter Vincent nada convencional y acorde a los tiempos.
ESTÁ BIEN, CHARLIE
“Noche…” maneja una modernista versión de los vampiros. Estas criaturas sobrenaturales pierden elegancia y se transforman en monstruos al buscar su alimento, de manera similar a las criaturas del filme “30 Días de Noche” (2007). También es notoria la influencia de la trilogía “Blade”, ya que los vampiros -al recibir la luz del sol o ser atravesados por una estaca- se convierten en un montón de cenizas. El director Craig Gillespie (“Adivina Con Quién Salgo”) se preocupa menos por la originalidad de sus vampiros que por la interacción de sus personajes. Sin profundizar demasiado, se comentan la discriminación juvenil y la “falta de raíces” de humanos y vampiros. Muy buena.