Mientras millones de norcoreanos mantienen su duelo nacional por la muerte de Kim Jong Il anunciada hace cuatro días, la atención y las lealtades claramente comenzaron a virar el viernes hacia su joven heredero, sin experiencia en el poder.
Los medios estatales elogian a su hijo veinteañero como el "gran sucesor". Kim Jong Un visitó de nuevo el ataúd de su padre el viernes, donde las escenas dramáticas de duelo masivo ya se han vuelto algo cotidiano en Pyongyang desde la muerte de Kim, anunciada el lunes.
Los norcoreanos, entre ellos los líderes más importantes del país, han concurrido por miles al palacio funerario en la capital para ver su cuerpo o inclinarse ante su enorme retrato en el exterior.
Las autoridades montaron centros de luto público en instituciones y empresas de pueblos y ciudades de todo el país.
"El dolor por la pérdida de nuestro líder es tremendo, pero no nos quedaríamos sólo en el dolor. Mientras tengamos al gran camarada Kim Jong Un, la causa del respetado general Kim Jong Il continuará, así que seguimos trabajando, sin dejar nuestros lugares de trabajo", dijo Sok Kil Nam, un trabajador de 24 años del Complejo de Acero Chollima, en la ciudad de Nampho.
Los medios de comunicación oficiales de Corea del Norte no tardaron en presentar al joven Kim en la cobertura del duelo: un fuerte indicio de que el liderazgo del país está detrás de la instalación del hijo veinteañero como el sucesor de Kim Jong Il y la cara pública de la nación.
Funcionarios en Seúl y Washington, después del nerviosismo inicial por una posible inestabilidad, consideran que hasta el momento la transición se desarrolla sin tropiezos. No se han advertido señales de malestar en las calles o movimientos inusuales de las fuerzas armadas a lo largo de las fronteras.
"Seguimos vigilando y evaluando la situación y mantenemos las operaciones normales para la estabilidad y la seguridad en la región", dijo el comandante Ron Steiner, portavoz de la 7 Flota de Estados Unidos, con base en Japón.
Sin embargo, Corea del Norte sigue siendo muy sensible a lo que percibe como amenazas externas.
Incógnita para Occidente
El nuevo líder de Corea del Norte presenta a Estados Unidos y sus aliados un carácter aún más misterioso que el de su difunto padre, junto al desafío estratégico de hacer frente a un joven sin experiencia al mando de un programa de armamento nuclear, un alijo de armas químicas y el cuarto mayor ejército del planeta.
Con apenas 27 años, Kim Jong Un se convertirá en el hombre más joven del mundo en comandar las fuerzas armadas de un país. Tendrá que aprender sobre la marcha, ya que su currículum laboral es prácticamente nulo.
Desde una perspectiva militar que tiene como norma cardinal el "conocer al enemigo", eso lo convierte en una enorme incógnita en momentos en que pone en orden su herencia potencialmente espinosa.
Aunque la transición podría ofrecer una oportunidad de un cambio positivo, el anuncio esta semana de la muerte del líder norcoreano Kim Jong Il desató de inmediato las alarmas en las salas de análisis gubernamental desde Seúl hasta Washington.