Como una petición especial de algunos productores agroalimentarios, tomaremos este tema apuntando que cultivos orgánicos se llama a todos aquellos métodos de producción de alimentos pura y exclusivamente naturales.
En éstos jamás se encontrarán aditivos químicos o cualquiera otra sustancia que contenta materiales sintéticos.
Los cultivos de alimentos orgánicos no sólo son beneficiosos para el alimento que logra un estado completamente natural, sino que además beneficia el medioambiente evitando contaminar y permitiendo la regeneración del suelo.
Por otra parte, los cultivos orgánicos en muchas oportunidades mantienen los nutrientes esenciales de su naturaleza, elementos que en muchos casos se pierden con la manipulación genética o utilización de agroquímicos. Una posible desventaja, es que el tiempo de demora en su producción así como también los costos que demandan son elevados, por lo que actualmente se trabaja en optimizar los mismos para poder competir con el mercado actual.
En la producción de alimentos orgánicos en el mundo, México ocupa el lugar 15 respecto a la superficie cultivada, sin embargo es líder mundial en cultivo de café orgánico, como lo apuntábamos hace poco en esta columna.
Del total de productos orgánicos que se cosechan en el país, 85 por ciento se orienta a la exportación, siendo los destinos principales Estados Unidos, Alemania, Holanda, Japón, Inglaterra y Suiza.
En tierras aptas mexicanas se cultivan 308 mil hectáreas, en alrededor de 800 unidades de producción certificadas, y participan alrededor de 83 mil productores; las exportaciones ascienden a 270 millones de dólares, así lo indican destacados investigadores del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM) de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Los especialistas indican que en México la agricultura orgánica ha alcanzado importancia social y económica que la colocan como una alternativa ante la crisis del sector agropecuario y especialmente para los productores más desprotegidos. Son alimentos que no se pueden producir en los países desarrollados; en el caso del café, sólo se da en zonas tropicales. El interés por el consumo de los alimentos orgánicos "es parte de una tendencia mundial de cambio de valores, dejando los materialistas (prioridad del crecimiento económico, consumo material, y seguridad legal y militar) hacia valores de tipo posmaterialistas que se basan en una mayor preocupación por la calidad de vida, el medio ambiente y la sociedad". Esta tendencia se da sobre todo en sociedades que "cuentan con altos niveles de ingresos y cuya población gasta cada vez menos en alimentos -alrededor de 10 por ciento del ingreso en promedio en los países desarrollados-, por lo que están en mejor posibilidad de satisfacer sus nuevas necesidades".
Este tipo de agricultura utiliza insumos naturales -rechaza los de síntesis química- por medio de prácticas especiales como composta, abonos verdes, control biológico, repelentes naturales a base de plantas, asociación y rotación de cultivos.
De las naciones que producen alimentos orgánicos, Australia está en primer lugar en cuanto a superficie cultivada con 11 millones 300 mil hectáreas, seguida de Argentina con dos millones 800 mil hectáreas e Italia con poco más de un millón de hectáreas.
Hay distintos tipos de agricultura orgánica en el país, están la "purista", basada en tecnología y recursos locales, en pequeñas unidades de producción, en huertos familiares y representa a 2 por ciento de los productores; la que responde a la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica, y que incluye productos como café, cacao, vainilla, jamaica, mango, frijol, manzana y miel. También está la agricultura orgánica empresarial que se dedica a cultivos como hortalizas, hierbas, mango, plátano, piña, agave y soya, y se sustituyen insumos convencionales por los orgánicos.