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NUESTRA SALUD MENTAL

EL ESTRÉS QUE VIVIMOS

Por: Dr. Víctor Albores García

Al continuar esta exploración de los diversos modelos y estilos de pareja que podemos encontrar en nuestra sociedad, encontramos asimismo, uno que sucede con bastante frecuencia, que es aquel en el que un hombre casado mantiene relaciones paralelamente, con una o con varias mujeres a la vez. Aunque en múltiples ocasiones él procura mantener encubierta la realidad de su estado civil, en muchos otros casos, ella o ellas lo saben desde el principio de la relación, lo reconocen e inclusive lo aceptan, ante la esperanza constante de lo que representa ese siempre promisorio espejismo de que algún día este hombre logrará el divorcio, o de que "casi" está a punto de obtenerlo, para así quedar libre y casarse nuevamente. A pesar de que en un cierto porcentaje de tales casos, no hay hijos de por medio, por el cuidado y la protección que ha tenido esta pareja en las relaciones sexuales; en muchos otros casos, si existe la presencia de uno o varios hijos, producto de dicha relación. Igualmente que se mencionaba la semana anterior, la mujer en estas situaciones toma el papel de madre soltera que busca formar pareja con su propia madre, con sus padres o con algún otro miembro de su familia que ha fungido o funciona como una figura importante de pareja para ella. La mujer entonces, trata de encontrar el equilibrio mientras se encuentra en esa especie de cuerda floja en la que se balancea, al intentar formar pareja con sus familiares, a la vez que permanece a la expectativa de un futuro basado en las promesas de un hombre, que posiblemente no tiene la capacidad de comprometerse y desarrollar un vínculo más estable en una relación semejante. A su vez, este tipo de hombre, se columpia igualmente en una o en varias cuerdas flojas, en un intento por encontrar un equilibrio externo e interno en ese estilo peculiar de relaciones, tanto con estas mujeres que funcionan como "parejas", como consigo mismo, y con su propia familia de origen. Obviamente, un modelo semejante de relaciones de pareja traerá como consecuencia elevados niveles de estrés, dolor y sufrimiento, niveles que como ondas en el agua se expanden perceptiblemente en un radio mucho más extenso, puesto que abarcan a un mayor número de personas, entre los que no solamente se cuentan este hombre y las mujeres involucradas, sino también los hijos y todos los demás familiares de cada lado, quienes naturalmente forman parte del escenario y juegan un papel importante en este tipo de experiencias.

Por otro lado, y cada vez con mayor frecuencia en nuestro país, encontramos asimismo otro modelo de parejas o más bien de familias, bautizadas bajo el nombre de familias reconstituidas. Se trata de familias que cada vez más frecuentemente forman parte del panorama social de nuestros tiempos en los países desarrollados, como resultado de los continuos cambios y movimientos que se dan tanto en hombres como en mujeres, y que caracterizan a las relaciones de pareja de nuestra época. Se trata de parejas formadas por un hombre y una mujer quienes a su vez han estado casados o unidos previamente a una o a varias parejas, y por lo mismo, contribuyen a la relación actual con la presencia de uno o varios hijos de diferentes edades, producto de la relación con tales parejas anteriores. En esta nueva relación que han encontrado, existe el deseo y el intento de formar un nuevo vínculo de pareja, y naturalmente una nueva familia, constituida por los hijos aportados por cada uno de ellos, y en ocasiones hasta por los hijos que ellos mismos llegan a procrear en esta nueva relación. Dependiendo del número de parejas que han existido anteriormente en la vida de cada uno de estas mujeres y hombres, del número de hijos que tengan y del arreglo al que ellos mismos lleguen en la formación de esta nueva familia, como otra experiencia más en la búsqueda del equilibrio y la adaptación para todos ellos, también existirán naturalmente variaciones importantes en los niveles de estrés para cada uno de los miembros de estas parejas o familias reconstituidas, así como para el grupo en general, durante las diferentes etapas del ciclo vital por las que se mueven en este nuevo proceso de desarrollo. Es obvio que se trata de un proceso bastante delicado y complejo en el área de las relaciones humanas, en cuanto al desarrollo de hombres, mujeres, parejas y familias (Continuará).

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