Transición. La nueva ministra de Asuntos Sociales, Mabruka al-Sherif Jibril (i), estrecha la mano del presidente del Consejo de Transición, Mustafá Abdel Jalil.
El gobierno libio de transición prestó el juramento de cargo ante el líder interino de Libia, otro paso que culminará con las elecciones generales del próximo año.
El primer ministro Abdurrahim el-Keib, seguido por el resto del gabinete se coloraron frente al líder del consejo de transición, Mustafá Abdel-Jalil, colocó una mano sobre el Corán y juró ser leal a los objetivos "de la revolución que derrocó al dictador Muammar Gaddafi".
Todos ellos estrecharon la mano de Abdel-Jalil, parado junto a dos banderas nacionales, y algunos de ellos incluso le abrazaron.
El país encara enormes desafíos, pero el-Keib dijo que él y sus ministros se sienten "optimistas" ante la preparación de los comicios generales de junio.
"Aspiramos a tener siete meses emocionantes, con mucho por hacer y esperemos que con buenos resultados", dijo el-Keib.
Los nuevos ministros son poco conocidos, y encaran formidables desafíos, como controlar la dividida nación tras el derrocamiento de 42 años de régimen de Gaddafi y la reconstrucción de las instituciones estatales prácticamente desde su comienzo.
El-Keib prometió representar los intereses de todos los libios. "Soy un hijo de todos los libios", indicó.
"Representaré a todos y compartiré la riqueza con todos".
El gobierno de transición incluye 24 ministros, varios de los cuales, incluyendo el ministro de Defensa, no asistieron a la ceremonia del jueves. El primer ministro explicó que se encontraban ausentes de Trípoli, algunos de ellos en los preparativos en sus poblaciones natales, antes de ocupar sus cargos.
Entre las instituciones que deben ser reconstruidas figura un sistema judicial capaz de juzgar a dos miembros clave del régimen de Gaddafi: Seif al-Islam Gaddafi, uno de los hijos del dictador recientemente capturado y otrora heredero designado, y el ex jefe de la inteligencia libia Abdalá al-Senoussi.
La Corte Penal Internacional acusó a ambos de crímenes contra la humanidad por las presuntas atrocidades cometidas durante la reciente guerra civil.
Jornada violenta en Siria
Al menos 43 personas, entre ellas soldados y desertores del Ejército sirio, murieron ayer en actos de violencia en las provincias centrales de Homs y Hama, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
En un comunicado, este grupo opositor precisó que las víctimas mortales son 12 civiles, 16 miembros de las tropas leales al régimen de Bashar al Assad y 15 soldados desertores.
Todos los civiles perecieron en incidentes armados ocurridos en la provincia de Homs, uno de los principales bastiones opositores.