El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró hoy que nunca se ha propuesto cortar completamente la llegada de inmigrantes, que no considera la inmigración sinónimo de peligro y que los flujos migratorios en el Mediterráneo deben gestionarse en común entre el Norte y el Sur.
"Nunca he estado a favor de la inmigración cero", señaló Sarkozy en la conferencia de prensa final de la cumbre del G8 celebrada en la localidad francesa de Deauville en respuesta a una pregunta sobre los flujos de tunecinos que han llegado a Europa tras la revolución de los últimos meses.
Replicó al periodista que le interrogaba sobre si consideraba que hay riesgo de inmigración masiva indicando que personalmente no asocia la inmigración con el peligro: "Yo no lo hago", subrayó.
Insistió en que "el Norte y el Sur del Mediterráneo tenemos que gestionar en común los flujos migratorios", y consideró que con las autoridades tunecinas "creo que estamos encontrando un buen equilibrio y no hay tensiones sobre este tema".
El mandatario galo consideró comprensible que Túnez quieran formar a sus élites en Francia.
No obstante, puntualizó que si un joven tunecino acude a Francia a estudiar medicina, durante los diez años que tiene que estar conoce a gente, acaba echando raíces y se queda en el país.
Algo que a su juicio no se debe generalizar porque "el objetivo es que todos los estudiantes tunecinos no se conviertan en médicos en Francia".
Horas antes, el primer ministro del Gobierno de transición tunecino, Beji Caid Essebsi, se había quejado de que los medios de comunicación exageran el problema de los inmigrantes llegados a Europa en los últimos meses.
Minimizó el problema indicando que unos 22,000 tunecinos habían entrado en Europa y dijo que no cree "que esas cifras vayan a modificar los equilibrios demográficos de Europa".
