Son 140 las familias las que aun permanecen en el Parque Industrial Ladrillero (PIL) y que esperan que alguna autoridad los atienda al encontrarse en una posición de desventaja con los obradores que aún operan en la mancha urbana de la ciudad.
Hace siete años que se fueron a trabajar en este sitio en donde viven en condiciones muy precarias, pues fueron muchas las promesas que les hicieron funcionarios de los tres niveles de gobierno y las que hasta el momento no han cumplido.
El principal problema a que se enfrentan los obrajeros del lugar es la poca venta del tabique que se produce en el lugar.
La idea cuando se planteó la reubicación era evitar la contaminación de la mancha urbana y a cambio se les prometió a las 170 familias que se que trasladaron al poblado Pino Suárez que contarían con todo el apoyo.
Pero pasó el tiempo y en el sitio del que fueron retirados en la ciudad se construyeron otras tres ladrilleras, ya hasta el momento no hay autoridad que haga algo, la contaminación persiste y prácticamente se han vuelto intocables.
Se han hecho anuncios en donde se menciona que se compra ladrillo del PIL para la construcción de bardas perimetrales y para la construcción de algunos núcleos poblacionales como el que edifica el ayuntamiento en el ejido Cristóbal Colón, lo cual es totalmente falso, porque ni un solo ladrillo de este lugar ha sido utilizado en estos temas.
Desde hace tiempo que el sitio luce en el abandono no existe pavimentación en alguna de sus calles, se puede observar alcantarillas sin tapa.
