A partir de diciembre de 2011, México tendrá con China 6 mil 960 fracciones arancelarias en cero y una tasa arancelaria promedio de 6.4 por ciento, pero no tendrá alguna clase de acceso privilegiado al mercado del gigante asiático.
Mientras, China aplica al País una tasa arancelaria promedio de 35 por ciento e impone una serie de barreras no arancelarias lo cual limita de cierta manera las exportaciones.
La causa de la asimetría es porque México ha emprendido una apertura comercial unilateral que combinada con la eliminación de medidas de transición permite la entrada casi sin restricciones, pero no negoció reciprocidad de condiciones, según Simón Levy, presidente de la consultora Latinasia.
"Me parece poco responsable que nosotros tengamos una tasa arancelaria tan baja, pero no negociamos que el mercado de China se abriera para México y me parece que si nosotros tenemos un arancel tan bajo por qué no tener también ventajas en ese sentido", explicó.
La apertura convendrá a ciertos sectores, como las empresas comercializadora.