Torreón, Coah.- Noche fresca, tres cuartos de plaza y cálido ambiente de la afición, pasada la media hora del inicio aún entran a los tendidos del Coliseo. Toros de Armillita Hermanos bien presentados pero débiles de remos y de regateada embestida. Fernando Ochoa, oreja y vuelta al ruedo en su segundo; Julián López "El Juli", mal y mal, escuchando pitos y abucheos en su segundo enemigo; Octavio García "El Payo", palmas en su primero y silencio en el segundo, en el de regalo obtiene sólo gran ovación y palmas.
FERNANDO OCHOA
De la puerta de chiqueros sale "Centenario", primer toro de la noche y del serial. En la suerte de recibo el burel no acude con fijeza al capote, contrario a la suerte de varas en la cual acude con fuerza; luego de la puya el burel compone su embestida y acude franco al capote de Ochoa, quien lo lleva con vistosos lances, luego de la suerte de banderillas, se arma con la muleta y ejecuta tandas compuestas de ocho o nueve muletazos, realiza desplante torero y continúa en el mismo tenor. Decide abreviar y propina pinchazo, el burel muere al segundo intento. Ochoa saluda al tercio.
"Ahijado" resultó ser el cuarto toro del encierro; Ochoa lo veroniquea para luego enviarlo a la puya, la cual se ejecuta de buena manera, no así la suerte de banderillas. Gritos y pitos a los subalternos. Muleta en mano inicia labor, poco a poco logra que el toro se fije en la muleta, enseñándole a embestir, el toro acude con nobleza por el lado derecho. En el momento preciso decide concluir coronando su labor con senda estocada, el juez otorga oreja tras fuerte petición del respetable. Luego de dar vuelta al ruedo, Ochoa se despide besando un puño de arena del ruedo lagunero.
JULIÁN LÓPEZ "EL JULI"
Recibe con verónicas a "Santanderino" primero de su lote, para luego enviarlo a la suerte de castigo, el burel acude con fuerza desmedida hasta llegar a desarmar al lanceador. La suerte de banderillas descompuesta por el accionar de los subalternos, toro difícil de lidiar con peligro sordo y acumulando ideas, el español baja la muleta obligando a que el toro embista; a la hora de la verdad, emulando al primer espada, pincha en hueso y luego hunde el acero hasta la empuñadura, el ultramarino escucha palmas.
Lances en los medios, basado en la fijeza a la arena de su enemigo, el español lo envía de inmediato a la puya certera que hace que el toro se encaste, banderillas descompuestas en su común denominador, par de muletazos y el diestro español decide abreviar ante la reprobación del respetable que paga el boleto por ver a la figura y recibe sólo una pifia de faena, pincha en dos ocasiones y el toro muere de estocada trasera. Abucheos y pitos al administrado español, que dejó el arte guardado para una mejor ocasión
OCTAVIO GARCÍA "EL PAYO"
A su primer enemigo denominado "Pelotari" le ejecutó lances de recibo, el burel acude al caballo con fuerza, seguido de par de banderillas y cambio de suerte. El último toro de la noche resultó ser "Santaterino" toro de regalo de la ganadería de "Xajay". Octavio García "El Payo" inicia labor con verónicas muy coreadas por el "ole" en el tendido. Luego se deleita en la faena y remata con derrote. Tras el pase del desdén, corona la faena con una estocada en el sitio. El burel dobla y muere.
El español Julián López, “El Juli”, decepcionó a los aficionados laguneros de la fiesta brava que se congregaron anoche en el Coliseo Centenario de Torreón. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
