Ceremonia de izamiento de bandera realizada la mañana de este miércoles.
Guardan las formas enseñadas en la escuela. Bromean entre ellos antes de comenzar la ceremonia. Después, saludan cuando los cadetes pasan con la Bandera Mexicana doblada. La emoción los invade cuando entonan el Himno Nacional.
El lábaro patrio es izado lentamente. De reojo, se ven unos a otros. Todos vibran con la misma intensidad. Son 200 atletas mexicanos que ayer se convirtieron en la primera delegación oficialmente recibida en la Villa Panamericana.
No son todos. Los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 verán a 650 deportistas nacionales. Es el contingente más grande de los 42 que participarán. Pero los 200 atletas mexicanos que asistieron al izamiento de la primera bandera en la Villa representan el sueño de todos los que quieren alcanzar la gloria en la justa continental, que inicial el viernes de la próxima semana.
Es el primero de 42 actos protocolarios para recibir a las delegaciones. Los deportistas escuchan atentos. Desde niños, aprendieron que las ceremonias requieren ese grado de respeto.
"Este acto tan emotivo que es el izamiento de bandera para cada uno de ustedes será un recuerdo emocionante y una reflexión que motivará a toda la población de nuestro país. Estoy seguro que esta gran ceremonia la viviremos varias veces durante los Juegos Panamericanos. Invito a la población a que apoyemos a nuestros atletas incondicionalmente", asegura Ricardo Probert, jefe de la delegación panamericana de México.
Enseguida, Bernardo de la Garza, director de la Conade, les pone clara la meta: "No siempre se puede ganar, pero siempre se tiene que salir a ganar. Estoy seguro que habrá muchas alegrías y que vamos a ver nuestra bandera izarse más de 80 veces en estos Juegos Panamericanos y que vamos a escuchar nuestro Himno más de 23 veces".
Felipe Muñoz Kapamas, presidente del Comité Olímpico Mexicano, hace un llamado para pensar también en el futuro. "Siéntanse orgullosos de representar a México en estos Juegos Panamericanos y también de ver izar nuestra bandera por primera vez. Busquen no sólo las medallas sino también las futuras preseas olímpicas que están a nueve meses de distancia".
El último en tomar la palabra es el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez. Los 200 jóvenes mexicanos atienden en silencio su discurso.
"Al hacer ondear la bandera de México como país anfitrión, estamos a la espera del resto de las insignias nacionales para que en unos días todas juntas engalanen el cielo jalisciense y seamos capaces de inundar al mundo del sentimiento fraterno y solidario que debe prevalecer entre las naciones", sentencia el mandatario.
Alejandro Cárdenas, subdirector de Calidad para el Deporte de la Conade, se mostró complacido por las instalaciones y servicios.
"Todo está perfecto, mucho mejor que cualquier villa de Juegos Olímpicos. Hay dormitorios amplios, áreas para caminar, el atleta puede decir si no le gusta y hasta ahora nadie lo ha hecho".
Cuando el protocolo termina. Los atletas mexicanos aplauden. Las autoridades comienzan a retirarse. Pasan junto a ellos. Los deportistas pierden poco a poco la seriedad del acto. La ansiedad explota al fin con una porra: "¡México, México, ra, ra, ra!". El grito nace en el corazón de 200 jóvenes que inician así su sueño panamericano.
