En un lapso de tres días más de ocho mil personas de diversas nacionalidades que se encontraban en Libia han abandonado ese país por la frontera con Túnez, entre ellos personal diplomático que estaba en misión, de acuerdo con un reporte de la Organización Internacional para la Migraciones (OIM) de ONU.
Diplomáticos condenaron unánimemente a Libia, ordenaron una investigación de posibles delitos de lesa humanidad y recomendaron que se suspenda al país del principal organismo de derechos humanos de las Naciones Unidas.
La medida en una sesión de emergencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tuvo su contraparte espectacular en la decisión de todos los diplomáticos libios en las Naciones Unidas en Ginebra de pasar públicamente a la posición. La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, advirtió que la matanza posiblemente de miles de personas en Libia obligaba al mundo a "intervenir vigorosamente" para poner fin a la brutal represión de manifestantes en el país norafricano.
En Washington, una fuente oficial informó que Estados Unidos cerró su embajada en la capital libia luego de evacuar a todo el personal.
La fuente, que habló bajo la condición de anonimato, dijo que se suspendieron las operaciones de la legación debido al deterioro de la seguridad. El vocero de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que Gadafi perdió la confianza de su pueblo desde que sus seguidores atacaron brutalmente a los manifestantes.
Carney no llegó a decir que Gadafi debe renunciar, pero sostuvo que, evidentemente, la legitimidad de su Gobierno "se redujo a cero".
Estas declaraciones enérgicas significaron un viraje para la Casa Blanca, que previamente se había abstenido de mencionar a Gadafi por su nombre. Tanto la nueva retórica como el cierre de la embajada se produjeron inmediatamente después de la evacuación de todo el personal por mar y aire.
DEFENDAMOS LA NACIÓN: GADAFI
Mientras tanto en Libia, Milicias contra manifestantes que salían de mezquitas en la capital libia reclamando la caída del régimen, dijeron testigos, quienes informaron que hubo por lo menos cuatro muertos. En otras ciudades en el Este, decenas de miles de personas efectuaron manifestaciones en apoyo de la primera protesta en Trípoli en varios días.
Los manifestantes que exigían la salida de Gadafi salieron de las mezquitas cercanas a la Plaza Verde, en el centro de Trípoli, y de otros distritos después de las oraciones, y fueron enfrentados por soldados y milicianos que les dispararon, según dijeron varios testigos. Agregaron que pistoleros apostados en techos de edificios también dispararon contra los manifestantes.
"En la primera ronda de disparos, mataron a siete personas que yo tenía a 10 metros. Muchas personas murieron debido a balazos en la cabeza", dijo a The Associated Press un hombre que participó en la marcha desde la plaza Tajoura, en el este de Trípoli. "Es como si fuéramos perros", añadió.
Los milicianos dispararon contra otras manifestaciones en los distritos de Fashloum y Souq al-Jomaa, donde testigos reportaron cuatro muertos. Los reportes no pudieron ser confirmados de forma inmediata. Por la noche Gadafi apareció ante más de 1,000 partidarios suyos en la Plaza Verde y les pidió que lucharan contra los manifestantes para "defender la nación".
"Contraataquen, contraataquen", pidió Gadafi desde el Castillo Rojo, un fuerte que da a la plaza. "Bailen, canten y prepárense. Prepárense para defender Libia, defender el petróleo, la dignidad y la independencia".
Gadafi avisó de que en el momento apropiado el país "abrirá los almacenes de armas para que todos los libios y tribus estén armados, para que Libia quede roja de fuego". La multitud ondeaba banderas verdes y mostraba fotografías del líder. "Estoy en medio de la gente en la Plaza Verde... Esta es la gente que quiere a Moamar Gadafi. Si el pueblo de Libia, y los árabes y los africanos no quieren a Moamar Gadafi entonces Moamar Gadafi no merece vivir", dijo.
'CUENTAN HISTORIAS DE TERROR'
Un egipcio dijo haber sido obligado a arrodillarse frente a soldados del ejército libio que simularon su ejecución. Otro se encerró en su hogar durante cinco días mientras se iban agotando sus suministros y oía disparos y gritos en el exterior. Un grupo de trabajadores indios se ocultó en el desierto a la espera de un avión al rescate. Cientos de expatriados egipcios, indios, turcos y tunecinos parecían en estado de conmoción el viernes al cruzar la frontera para entrar en Túnez, llevando sus pertenencias y terribles recuerdos de la violencia que está desgarrando a Libia.
Fueron recibidos con abrazos por parte de grupos tunecinos de ayuda que les ofrecieron alimentos y refugio.