El nuevo presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, tomó posesión del cargo, seis meses después de su elección y tras un conflicto post electoral que ha costado al menos tres mil vidas.
Entre los asistentes a la investidura de Ouattara en Yamusukro, la capital política de Costa de Marfil, estuvo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, junto con más de veinte jefes de Estado, entre ellos el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Ouattara dijo que, con su investidura, "se ha respetado la democracia y la voluntad del pueblo", en un acto rodeado de gran espectación, tras el enfrentamiento post electoral que provocó la negativa a dejar el cargo, tras ser derrotado en las elecciones, del anterior presidente, Laurent Gbagbo. "Ha llegado el momento de crear las condiciones de una paz duradera en los corazones de los marfileños para favorecer la reconciliación y la concordia", señaló Ouattara en la Fundación Felix Hufue Buañi para la Paz, en Yamusukro.
Para el nuevo gobernante, "el acto que celebramos no es una victoria de una facción sobre otra, sino el de la reconciliación nacional", por lo que invitó a todos los marfileños a "volver a aprender a vivir juntos". Según Ouattara, es necesario "enterrar" los rencores acumulados durante la crisis postelectoral que el país ha vivido desde los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre "para escribir una nueva página en la historia de nuestro país".