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PALABRAS DE PODER

El poder de la decisión

JACINTO FAYA VIESCA

NO HAY NADA MÁS IMPORTANTE EN NUESTRA VIDA, QUE SABER ELEGIR LO CORRECTO Y ADECUADO

¡Toda elección implica una renuncia! Elegimos entre varias opciones, y al quedarnos con una, forzosamente, renunciamos a las demás.

No Hay Nada Más Importante En Nuestra Vida, Que Saber Elegir Lo Correcto Y Adecuado ¡Toda elección implica una renuncia! Elegimos entre varias opciones, y al quedarnos con una, forzosamente, renunciamos a las demás.

No hay nada más importante en nuestra vida, que saber elegir lo correcto y adecuado. Incluso, como bien lo dijo el psicólogo Norteamericano, William James, "No elegir", es ya, una elección: que las circunstancias o ciertas personas elijan por nosotros, será la derivación de no haber nosotros elegido cuando lo pudimos haberlo hecho.

En los últimos diez o quince años, se ha suscitado un fenómeno en todos los países de Occidente, de los que pocos se han dado plenamente cuenta: cada vez nos cuesta más esfuerzo "elegir" por nosotros mismos. Cada vez más, le dejamos a la televisión, la Internet, nuestra capacidad de elegir. Este fenómeno, de no elegir, creo que jamás se había dado de manera tan aguda en la historia de la humanidad.

En estos últimos años, se ha acrecentado nuestro miedo a elegir. Incluso, podría afirmar, que ha nacido en nuestras sociedades actuales, un nuevo trastorno emocional que podríamos denominar, "fobia electiva". Es tan desbordante la información televisiva y del internet, que engañosamente pensamos que esa información es muy importante. Estamos tan confundidos, que pensamos que la "información" es vital, que tiene un sentido en sí misma.

La información consiste solamente en una serie de datos o noticias sobre algunas cosas, personas, o acontecimientos. Pero la información puede ser absolutamente falsa o verdadera, o lo que aun resulta más confuso: ser parcialmente verdadera. Pero la sociedad de nuestros días le ha otorgado a la "información" una jerarquía que jamás ha tenido ni podrá tener: la de pensar, que la información es igual que la "formación".

La "formación" de un conocimiento, o de la inteligencia, implica el buen juicio, la sensatez, y la ordenación de conocimientos. Y si bien, la información nos puede ser muy útil, siempre va a predominar el orden y el valor de la verdad de cierta información, pero nunca, la avalancha desordenada de datos y noticias.

Pero como nuestras sociedades han convertido a la "información" en un nuevo dios, ingenuamente creemos que las personas bien informadas, deben de elegir por nosotros. En estos últimos diez o quince años, se nos dijo, por ejemplo, que la libre especulación en las bolsas de valores iba a generar riqueza para los países. Se nos aseguró, que las enormes especulaciones financieras, que las promesas de altos dividendos de nuestros ahorros, incrementarían la riqueza personal.

Ahora sabemos, que en virtud de lo anterior, los Estados Unidos están pasando por problemas económicos peores que los de la Gran Depresión de 1929. Millones de ahorradores de los Estados Unidos y de casi todas las naciones de América, Europa y Asía, han perdido sus ahorros y sus casas, pues le creyeron más a la información publicitaria de la televisión y del internet, que a su juicio propio y sentido común.

Esta "fobia electiva", (es una denominación mía) ha invadido el terreno de las "elecciones" más vitales de nuestra existencia: ahora, se puede escoger una pareja sentimental por Internet, se crean círculos de amigos que supuestamente se adoran, siendo esto absolutamente falso. Igualmente, grandes decisiones existenciales se toman según lo indiquen los horóscopos del día, la numerología, o simplemente "conectarnos con la esencia divina y el cosmos", según lo pregonan grandes asociaciones que cuentan con millones de adeptos, en las nuevas redes del Internet.

El horóscopo, la numerología, los gurús de fama mundial, los enormes grupos de encuentro, la desbordante información, son los sustitutos de nuestra "responsabilidad personalísima de elegir". La "fobia electiva" elude totalmente a nuestra responsabilidad moral de elegir, pues nuestra fobia a tomar decisiones vitales, nos causa un verdadero pánico. Y no nos damos cuenta, que dejar el campo de nuestra responsabilidad para elegir, nos conduce a problemas enormes y a sentimientos de impotencia, indefensión y desamparo.

La nueva "fobia electiva", ya amputó una gran parte de nuestra responsabilidad emocional. Ahora decimos: "no sé por qué me siento tan mal", etc. Hace casi dos mil años, el inmenso poeta romano Virgilio, expresó: "Soy yo, yo quien lo ha hecho", queriendo decir, como lo afirma Ortega Blacke, "referido a la responsabilidad que el hombre debe tomar en sus actos fundamentales".

La realidad, es que la gran mayoría de las veces, nosotros mismos generamos nuestra propia depresión, tristeza, desaliento, etc. Y es que nuestra "fobia electiva", es un truco para eludir nuestra responsabilidad emocional; truco y engaño que nos conduce a culpar de nuestro males emocionales, al influjo de las estrellas, a nuestro signo zodiacal, a nuestros padres, a la sociedad, y en una palabra, a todos, menos, a nosotros mismos.

¡Tengamos el coraje y la responsabilidad para elegir por nosotros mismos! ¡Asumamos nuestra personalísima responsabilidad, y nos quedaremos asombrados de los enormes beneficios que constantemente recibiremos!

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