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PALABRAS DE PODER

SABIDURÍA PROFUNDA CON ARTE POÉTICO

JACINTO FAYA VIESCA

¡Qué injusticia, que a mujeres y hombres en su edad adulta, cónyuges, hijos, les exijan el mismo rendimiento que cuando estaban en su pleno desarrollo humano y de trabajo!

Cuando los padres han cumplido en la medida de sus posibilidades, deben ser protegidos por sus seres más queridos. ¡Falso, que los padres sigan obligados con su familia y la sociedad, a seguir siendo "productores económicos"!

¡La vida es muchísimo más para las personas adultas, que el papel que jugaron durante la formación de su familia! Llega un momento, que la vida cambia para un alto porcentaje de personas, por el solo hecho de haber pasado los sesenta o más años.

A medida que vamos acumulando años, nuestros gustos y capacidades cambian, y por este contundente hecho, ya no somos lo mismo que fuimos años atrás. Somos diferentes en muchos sentidos.

El gran poeta Horacio en el año 65 antes de Cristo, nos comunica con su poesía altísimamente artística y musical, ideas expresadas con una belleza incomparable. Será por esto, que después de más de dos mil años, Horacio sigue conmocionando nuestras almas.

¡Importantísimas ideas, por desgracia, no nos conmueven, pues la pura razón es pariente del hielo, del frío. En cambio, cuando una gran idea es expresada con un arte sublime, ejerce en nuestro espíritu un poderoso efecto de "conversión", convirtiéndonos en mejores personas!

En una de sus Odas, nos comunica, que una voz secreta le dice de continuo al oído: "Ten el buen acuerdo de dejar en paz a tu caballo, que se avieja, no ocurra que al fin se rían de él y pierda las entrañas sobre la arena".

Horacio nos da una hermosa metáfora: si nos empeñamos en llevar a nuestro caballo ya avejentado a la arena donde se desarrollan las competencias, nuestro caballo puede perder sus entrañas en la misma arena.

La metáfora es utilísima para nuestra vida, y más para quienes se empeñan irracionalmente en actividades y proyectos que ya no les corresponden por su edad.

En la metáfora bellamente poética de Horacio, los adultos disminuidos en sus fuerzas, son el "caballo" de la metáfora. El hombre ya entrado en años, que sigue atesorando lo que jamás va a gastar ni a regalar, no se da cuenta que su avaricia lo cegó, le apagó la luz de sus ojos, y sólo vive en las sombras de una riqueza podrida en su mente de mendigo.

El adulto conquistador de jovencitas, llega a creer que sus conquistas son gracias al amor y deseo erótico que aún despierta su persona. La angustia de querer aprovechar sus últimas energías, lo convierte en un "Casanova" de carnaval, del cual se burlan los demás. El ridículo y escarnio que provocan estos "don Juanes", no lo ven ni lo escuchan.

Quiero participarles, amables lectores, de una serie de reflexiones que Horacio escribió en su Oda del Libro Primero. Son máximas de una profunda sabiduría expresadas en un elegante y bello lenguaje pleno de arte. Como no hay ni un desperdicio en estos pensamientos, las transcribiré íntegramente a continuación:

"Si no se va lejos se va cerca; se da los pasos que se puede".

"¿Te atormenta la avaricia y ardes en míseros deseos?".

"Pues hay palabras eficaces, saludables máximas que pueden aliviar y hasta curar en parte tu dolencia" (como estos consejos de Horacio).

"¿Te devora la ambición?".

"¿Eres por ventura, envidioso, iracundo, indolente o demasiado amigo del vino y las mujeres?"

"Pues créeme: no hay natural por muy salvaje que nos le imaginemos, que no acabe por domesticarse, a poco que preste oídos a las enseñanzas".

"El huir del vicio es ya virtud, y allá empieza la cordura donde se empieza a dejar de ser enteramente loco".

La poesía limpia y fresca de Horacio es un arte que jamás nos fatiga, porque nunca nos sacia ni desilusiona. El arte poético de Horacio nos produce profundos cambios en nuestra alma. Leyendo a este poeta, se acrecienta nuestro gusto por lo noble y lo bello, y toda nuestra personalidad se enriquece.

Esta "conversión del espíritu", es decir, este mejoramiento de nuestra alma, es algo que se da cuando estamos en presencia de lo sublime, como admirar una escultura de Miguel Ángel, leer a Shakespeare, escuchar a Mozart, o leer a los grandes poetas.

Horacio, en las citas transcritas, es un poeta de enorme altura como educador de almas. Cuando nos dice: "Si no se va lejos se va cerca; se da los pasos que se pueden", esta frase ataca la indolencia y la pereza en su médula. No le da opción al perezoso, ya que sólo le pide que avance un poco. Y es que Horacio sabe, que dar el primer paso en cualquier empresa, es lo más difícil.

"Te devora la ambición", nos dice nuestro poeta. La metáfora es muy artística y fuerte: la ambición aparece como una devoradora, como una loba hambrienta y cruel, tal como la describe Dante, en su Divina Comedia.

¡Horacio, es un magnífico educador en toda la extensión de la palabra!

jacintofayaviesca@hotmail.com

Twitter: palabrasdpoder

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