El canciller panameño Roberto Henríquez explicó en rueda de prensa que Panamá tiene que esperar la notificación de Francia sobre la extradición para comenzar a trabajar en su traslado. (Archivo)
Los panameños consideran que el retorno del ex dictador Manuel Antonio Noriega no tendrá impacto político ni representará peligro para el país, que parece recordar poco su régimen, aunque existe consenso en que debe responder a la justicia por los crímenes y corrupción durante su mandato.
Una corte francesa aprobó el miércoles la extradición y Noriega finalmente estará de regreso a Panamá, dos décadas después de haber dejado el país en ruinas tras la invasión de Estados Unidos que lo expulsó del poder a fines de diciembre de 1989.
El canciller panameño Roberto Henríquez explicó en rueda de prensa que Panamá tiene que esperar la notificación de Francia sobre la extradición para comenzar a trabajar en su traslado.
Cinco funcionarios panameños, incluyendo custodios, empleados de la Cancillería y un médico, viajarán a París con la misión de acompañar al ex general en el viaje de regreso que se hará en un avión comercial y en clase de turismo, explicó Henríquez.
Estimó que el retorno será antes de Navidad.
"El es un reo de alta sensibilidad, manejó los destinos de este país (1983-89), así como tiene seguidores, tiene también adversarios", señaló. "Tomaremos las medidas para el cuidado de la integridad física de Noriega... en su traslado y presencia en Panamá".
"No perdamos de vista que este reo tiene también condiciones especiales", agregó en alusión a su frágil salud.
Una vez arribe a Panamá, Noriega será entregado a las autoridades judiciales, afirmó.
El fallo en París fue dictado después de meses de procedimientos legales y ante el pedido de repatriación por parte de Panamá, que reclama al ex hombre fuerte para que responda ante la justicia a varias condenas por homicidio y corrupción, y enfrente al menos otro proceso por la desaparición de un dirigente opositor.
No hubo manifestaciones en las calles tras conocerse la decisión de la corte francesa y los panameños en general reaccionan con indiferencia al saber que el regreso del ex dictador de 77 años quedó a la vuelta de la esquina.
"Noriega va a venir a Panamá y va a ir directo a la cárcel", expresó el presidente Ricardo Martinelli al canal de televisión TVN, poco antes que se conociera el fallo en Francia.
El analista político José Blandón padre consideró que Noriega "debe pedirle perdón al país por las cosas que hizo".
Si bien Noriega es un anciano y está enfermo, "debe ser sometido a la justicia", añadió.
Para el sociólogo e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA), Marco Gandásegui, "el retorno de Noriega quizás tenga un significado más emotivo que político... emotivo en el sentido que podamos hacer el balance de ese acontecimiento (la invasión)".
Agregó en entrevista a la AP que cree "que (en lo político) no tenga mayor impacto en la medida que los panameños ya tienen otras preocupaciones... no creo que él tenga capacidad de convertirse en figura alternativa o algo parecido".
Noriega asumió como jefe máximo de las fuerzas de defensa o ejército en 1983, dos años después de la muerte en un accidente aéreo del entonces hombre fuerte Omar Torrijos, en el poder desde octubre de 1968.
Noriega enfrentó años después protestas callejeras tras revelarse denuncias de fraude en las elecciones de 1984. El ex general reprimió las manifestaciones sumiendo al país en una profunda crisis política y a un embargo económico de Estados Unidos.
Tras la invasión de tropas estadounidenses, Noriega se refugió en la sede del Vaticano en la capital, en donde se entregó posteriormente a las autoridades de Estados Unidos que lo llevaron a ese país para enjuiciarlo por narcotráfico.
Durante su periodo en el poder, en que gobernó con mano dura y hasta le declaró la guerra a Estados Unidos golpeando un machete contra un podio en un acto ante políticos afines, Noriega tuvo el respaldo del Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por Torrijos.
Tras la invasión y con el retorno de la democracia, el PRD se levantó entre las cenizas para ganar las elecciones presidenciales en 1994, y repitió el triunfo en las urnas en 2004.
El PRD ha tratado de guardar distancia de todo el drama vivido por el ex general, que a su regreso debe enfrentar tres condenas por homicidio que totalizan 60 años, así como otras condenas menores, incluso, por corrupción.
También debe encarar un juicio por la desaparición a comienzos de la década de 1970 de Heliodoro Portugal, un dirigente comunitario y opositor al régimen de Torrijos.