Tristeza. Una madre llora la muerte de su hijo tras el ataque perpetrado por un hombre en la escuela en Río de Janeiro. El pistolero dejó una nota de suicidio en la que hizo referencias al Islam.
Un hombre armado abrió fuego en una escuela primaria de Río de Janeiro y ejecutó a por lo menos 12 menores de edad ayer por la mañana, al alinearlos contra una pared y dispararles en la cabeza a quemarropa mientras gritaba: "¡Los voy a matar a todos!"
Se trata del peor tiroteo en una escuela en Brasil, y habría sido peor si un policía no le hubiera disparado en las piernas al pistolero. El agente dijo que el hombre luego cayó por unas escaleras y se pegó un tiro en la cabeza.
Imágenes tomadas con un teléfono celular y publicadas en YouTube muestran a los estudiantes mientras huían desenfrenadamente y pedían ayuda a los gritos, muchos de ellos con sus camisas blancas y azules de la escuela, empapadas en sangre.
La Secretaría de Salud y Defensa Civil del estado de Río de Janeiro dijo en un comunicado en su página de Internet que al menos otros 12 estudiantes resultaron heridos, muchos por arma de fuego, y llevados a hospitales locales. Al menos dos estaban en condición grave. Más temprano, los funcionarios reportaron 18 heridos.
Entre los muertos había 10 niñas y dos niños, además del tirador, de acuerdo con el departamento de Defensa Civil del estado de Río. La mayoría de los muertos tenía entre 12 y 15 años de edad. Uno de los niños murió en un hospital cerca de 12 horas después del tiroteo.
"Entró disparando", dijo Andreia Machado, al relatar lo que su hija de 13 años de edad, Thayane, le contó antes de entrar a cirugía.
Thayane fue alcanzada por tres impactos de bala y perdió la sensibilidad en sus piernas debido que una golpeó su espina dorsal, dijo su madre. Llorando mientras hablaba, Machado se preguntaba si su hija sería capaz de volver a la escuela o de caminar. "Ella es una niña tan activa," dijo. "Ese es el mayor miedo que tengo, que no pueda volver a caminar. Pero tenemos que confiar en Dios."
El atacante fue identificado como Wellington Oliveira, de 23 años, un exestudiante de una escuela situada en un barrio de clase trabajadora en el oeste de Río. No se conoce el motivo, pero las autoridades informaron que el atacante dejó una carta mayoritariamente incoherente en el lugar de los hechos, en la que indicaba que quería suicidarse.
En la carta también explicaba en detalle cómo quería que se cuidara su cadáver: bañado y envuelto en una sábana blanca que dejó en una bolsa en la primera habitación donde dijo que iba a empezar a disparar. La carta también afirma que Oliveira no debe ser tocado por nadie "impuro" a menos que use guantes.
"Si es posible quiero ser enterrado junto a mi madre. Un seguidor de Dios debe visitar mi tumba al menos una vez. Debe rezar ante la tumba y pedirle a Dios que me perdone por lo que he hecho", decía la carta, según algunos fragmentos publicados en la página web la cadena de televisión Globo.
Edmar Peixoto, el vicealcalde del oeste de Río, dijo que la carta también afirmaba que el atacante estaba infectado con el virus del Sida.
La escuela pública se encontraba en medio de la celebración de su 40 aniversario, y los carteles de los estudiantes hechos a mano en conmemoración del día se pueden ver a través de las ventanas de la institución.
La jefe de Policía de Río, Martha Rocha, dijo que cuando Oliveira entró por primera vez a la escuela le dijo a los miembros del personal que estaba allí para dar una conferencia.
Poco después, abrió fuego. Rocha dijo que llevaba dos pistolas y un cinturón de municiones. Hizo al menos 40 disparos.
Río es una ciudad plagada de violencia por las pandillas del narcotráfico en sus enormes barrios pobres, pero los tiroteos en escuelas son raros y este fue el más mortífero en la historia reciente.
Cuando comenzaron los disparos, alrededor de las 8:30 horas locales (11:30 GMT) había unas 400 personas dentro de la escuela.
Dos jóvenes, por lo menos uno con una herida por arma de fuego, salieron corriendo de la escuela hacia una patrulla policial a dos cuadras de distancia. Los policías acudieron al lugar y por lo menos un agente ubicó rápidamente al hombre armado y se enfrentó con él.
"Yo estaba a dos cuadras cuando un estudiante herido llegó hasta donde yo estaba y me pidió ayuda", dijo el policía Marcio Alves.
"Corrí a la escuela y vi al pistolero en el segundo piso. Me vio y me apuntó con su arma. Le disparé a las piernas, cayó por las escaleras y luego se pegó un tiro en la cabeza", agregó.
Tres helicópteros aterrizaron y despegaron en un campo de futbol cercano a la escuela para llevar heridos a hospitales cercanos.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff dijo, mientras asistía a un evento en la capital, Brasilia, que lamentaba la muerte de "niños indefensos".
"Pido un minuto de silencio por estos niños", dijo con su voz quebrada y lágrimas en sus ojos. "No forma parte de la naturaleza de nuestra nación el tener este tipo de crímenes".
Atacan autobús escolar en Franja de Gaza
Un cohete antitanque disparado desde la Franja de Gaza alcanzó ayer a un autobús escolar en el sur de Israel, hiriendo a dos personas, una de ellas un adolescente que se encuentra en estado crítico, dijeron las autoridades israelíes. Los tanques israelíes respondieron con premura mediante tiro parabólico contra las posiciones insurgentes al otro lado de la frontera, matando a un hombre de 50 años e hiriendo a otras siete personas, dijeron los enfermeros palestinos. El ataque ilustra la frágil situación que prevalece a lo largo de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza. Tras un tenue apaciguamiento de dos años han aumentado las tensiones entre Israel y los islamitas palestinos en Gaza en las últimas semanas. Desde el punto de vista israelí, el ataque del jueves fue el más grave de ese período.
El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, ordenó al Ejército que apresurara una respuesta y culpó del ataque a los insurgentes de la organización islamita Hamas, que controla Gaza. Ningún grupo se ha atribuido el episodio.
El servicio médico israelí dijo que el autobús iba casi vacío tras haber llevado a sus casas a los escolares, y viajaban en él solamente el conductor y un pasajero en el momento del ataque. Los paramédicos intentaron resucitar a un muchacho de 16 años que recibió una grave herida en la cabeza. El conductor sufrió una herida leve.
Las tomas de televisión mostraron el autobús de color amarillo con las ventanillas destrozadas y la parte trasera calcinada.