Panistas acuerdan una tregua

Radiografía Política / ¿cambios En El Municipio? Finalmente, en contra de todo pronóstico, todo parece indicar que se dio una tregua en el Partido Acción Nacional (PAN) de cara a la elección de la nueva dirigencia estatal.

Y es que en días pasados, el actual dirigente panista en Durango, Juan Carlos Gutiérrez Fragoso, y el actual coordinador de delegados federales en la entidad, Víctor Hugo Castañeda, representante de la principal corriente opositora a su grupo, se encontraron en un café aledaño al templo de Fátima.

Quienes los observaron, además de sorprendidos, aseguran que en esa plática se habrían alcanzado acuerdos previos a la elección estatal que, de entrada, parecen haber calmado los ánimos en el blanquiazul.

Aunque todavía es difícil pronosticar qué ocurrirá en el organismo, pues a falta de poco más de un mes, hay muchos que están lejos de definir a quién le entregarán su apoyo en la contienda.

Por lo pronto ambos panistas acordaron no protagonizar una confrontación en los medios de comunicación, ya que los únicos favorecidos, como siempre, serían los priistas. ¿Quién saldrá ganón? No se sabe, pero ya hay quienes apuestan a su favorito.

A unos días de que se cumplan cuatro meses de iniciado el Gobierno Municipal de Adán Soria Ramírez, hay algunos funcionarios que, aseguran miembros del gabinete, no han cumplido con las exigencias propias de un cambio de la administración capitalina.

Ya se habla, incluso, de la posibilidad de un primer movimiento que se daría en la Dirección Municipal de Obras Públicas Municipales, encabezada por Juan Antonio Valdez Domínguez.

Y es que si bien se han obtenido buenos dividendos en la proyección pública del edil, mediáticamente hablando, en la práctica se han realizado pocas entregas en lo correspondiente a esa dependencia. Más bien, lo recibido por la ciudadanía duranguense ha sido lo que ya estaba encaminado con recursos estatales y federales.

Cierto es que el director no tenía más posibilidad que la de estirar al máximo el poco presupuesto que le dejaron para el cierre del ejercicio 2010, pero al parecer no puso ese extra necesario para satisfacer a su jefe, Adán Soria.

 REGAÑO OFICINA POR OFICINA

Son ya varios los empleados de oficinas de Comunicación Social del Gobierno Estatal, incluidos directores, molestos por el trato que uno de los asesores en materia de imagen y medios les ha dado. Las quejas van desde una simple falta de tacto para hacer notar las fallas de cada oficina, hasta la ridiculización de personas por su forma de vestir o aspecto físico.

La prepotencia del contratado, aseguran, radica en la presunción de un extenso currículum que aprovecha para cantar con altanería a cada lugar que llega.

Sin embargo, el señalado también tiene mucha tela de donde cortar, pues en las oficinas de Gobierno en Durango no están acostumbrados a proyectar lo que su puesto representa. Y no es de ahora; recordemos a voceros y hasta directores de dependencias que suelen asistir con jeans o en huaraches a su trabajo.

 NECESARIOS, CAMBIOS EN SISTEMA JUDICIAL

El reconocimiento de errores en el Nuevo Sistema de Justicia Penal, por parte del gobernador del estado, Jorge Herrera Caldera, se convirtió por sí solo en una dura crítica a los diputados locales que, al realizar los códigos penales, omitieron algunos detalles que hoy afectan seriamente a los duranguenses, al Tribunal Superior de Justicia, encargado de atraer las opiniones de expertos para su puesta en marcha, realizada en diciembre de 2009.

Apolonio Betancourt, titular del Poder Judicial, recibió el "regaño" como tal y no se quedó callado: aunque entre líneas, arremetió en contra de la Fiscalía General del Estado, al ser esta la que filtra la llegada de delincuentes a los jueces del Nuevo Sistema.

El magistrado Presidente, incluso, rechazó una capacitación a agentes del Ministerio Público por parte del Tribunal, diciendo que le corresponde a ellos mismos atender esa necesidad. Pero, ¿qué no es el Nuevo Sistema de Justicia una responsabilidad de todos los citados entes?

La única realidad es que así, molestos por tropiezos no contemplados en la implementación, pero provocados por ellos mismos, no lograrán mejorar una estructura judicial que comienza a dar tumbos, al menos ante la sociedad.