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Para despedirnos... óyeme con los ojos

Las laguneras opinan...

MARÍA ASUNCIÓN DEL RÍO

Concluye la semana entre los enredos de las leyes y su interpretación acomodada al poder económico, político o religioso de quienes se ven sometidos o exonerados por éstas. Nos encontramos ante la expectativa del Mundial por jugarse en Torreón, de entre cuyos protagonistas adolescentes surgirán, probablemente, las figuras que mañana disputarán los sitios que hoy ocupan Lionel Messi y demás astros del balompié español. Entristecidos, más que escandalizados, conocimos el nuevo souvenir para el visitante extranjero: fotografiarse junto a un soldado en uniforme de comando y con el rostro cubierto, pues dada la inseguridad del momento, el Cristo de las Noas ha sido excluido de los sitios turísticos. Con esto y en el marco de otra campaña electoral plagada de dispendio y tonterías, como el pleonasmo-eslogan con que un candidato exhibe su nivel cultural y el de sus electores, LAS LAGUNERAS OPINAN silencia su voz.

Tras una docena de años convocando cada sábado la atención de los lectores, las integrantes de esta columna nos despedimos. Hay mucho de qué hablar, siempre lo habrá, pero es tiempo de decir adiós. La amabilidad del medio y la libertad que se nos brindó para expresarnos, las peculiaridades de cada momento y los eventos que alteran o definen la existencia personal y social, nos permitieron exteriorizar pensamientos, exponer ideas y emociones y, mediante la palabra escrita, compartir aquello que nos movió a la reflexión, despertó dudas, trajo placer a nuestros sentidos o conmovió nuestro corazón.

En esta ocasión, amable lector, por el tiempo que llevamos de conocernos te pido que aceptes el tuteo y, como dice el verso de Sor Juana que encabeza este escrito, hagas una vez más lo que has hecho hasta hoy: óyenos con los ojos. En el espacio que sigue escucharás la voz de mis compañeras. Al final, de nuevo la mía, asegurando mi gratitud y reconocimiento al diario que albergó nuestras inquietudes y a todo el que, como tú, ha participado de la charla que concluye hoy.

Laura Orellana: "Comencé este proyecto con "temor y temblor". Parecía una gran responsabilidad expresar una voz que se escuchaba poco de manera pública, la voz de las mujeres. Y si bien no fue tarea sencilla, fui descubriendo que la escritura me exigía y presentaba el mundo de distinta forma. Ya no podía ver como antes, la escritura me forzaba, pero al mismo tiempo iluminaba mis propias ideas y permitía traer a los textos las ajenas que resultaban significativas. Y esos nuevos anteojos, en su acepción de estar "antes de los ojos", ya no pude quitármelos. Por eso agradezco este espacio que el periódico nos proporcionó semanalmente. ¿Y para quién se escribe? ¿Cómo saber si algún texto contribuyó a una discusión o a formar un criterio -principales tareas de una editorial- o pasó desapercibido? Resulta difícil; sin embargo, en estos doce años recibí comentarios de manera personal o por correo de algunos de ustedes, estimados lectores, y agradezco todos y cada uno profundamente, aun los que en ocasiones manifestaron su desacuerdo con alguna opinión. Esto es lo que enriquece la vida pública (y la privada también).

Quiero reconocer especialmente a mis compañeras de columna, por su gran respeto y apoyo, y a Sergio por revisar puntualmente mis textos antes de entregarlos y ayudarme a definir los títulos. Sin embargo, cualquier error que hubieran encontrado, lo asumo con responsabilidad. Me voy muy agradecida por la oportunidad de esta colaboración". (lorellanatrinidad@yahoo.com.mx).

Mussy Urow: "Cerrar círculos. Frase corta, pero muy gráfica. Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Todos estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, dando vuelta a la hoja. Los doce años que compartí con las otras "laguneras que opinan" este rinconcito de la sección editorial de El Siglo de Torreón fueron de crecimiento personal, aprendí a clarificar mis propias ideas y convicciones, a moderar opiniones y a documentar mi información antes de expresar puntos de vista. Fueron años de enorme valor para mí. Este espacio me dio muchas satisfacciones y de justicia es agradecer al periódico, y en particular a su directora, la señora Olga De Juámbelz, su amabilidad y espíritu solidario con la mujer lagunera. También es justo corresponder con gratitud a quienes nos favorecieron leyendo nuestras colaboraciones semanales, por sus comentarios alentadores y positivos, otras veces no tanto, pero todos valiosos y agradecidos. "Cerrar círculos" - dice P. Coelho - "o capítulos, terminar etapas o como quieras llamarlo. Lo importante es saber cuándo hacerlo, dejarlos ir y seguir adelante." (urow43@yahoo.com.mx).

Rosario Ramos: "Se escribe entre el papel, la pluma, las ideas, la investigación y la computadora en estos tiempos. Horas de lectura, mientras se observa y se mira la realidad, se elige el tema, original, inteligente, oportuno y claro. Luego vienen las palabras con las que se arman las ideas, se plantean los problemas, se manifiestan opiniones y se ofrecen soluciones, alternativas o simplemente ideas renovadas.

En 1999 fuimos invitadas a este diario, a entablar una conversación, sábado a sábado, en una columna compartida por mujeres laguneras, profesionistas todas, empeñadas en vivir la vida de todos los días, dentro y fuera de casa. Aportando, proponiendo, escuchando, observando la realidad que se desgaja cada día, confundida y compleja, impulsadas y motivadas por no sé qué pasión de dentro por las letras. Aquí estuvimos cada semana, en una conversación que hoy termina. Compartir la columna me dejó muchos aprendizajes, aprendí de la solidaridad y amistad de mis compañeras columnistas y de nuestra querida Alicia, quien ya no está entre nosotras. Aprendí de la disciplina y responsabilidad que implica escribir una columna periodística, a ser mejor observadora de la realidad y a ser humilde ante las observaciones y crítica del lector. Porque a los lectores, muchos o pocos, se debe quien decide entrar en estas lides. Por eso hoy, agradezco a El Siglo de Torreón, a su Directora y a ustedes lectores, con quien hoy cerramos este ciclo, satisfechas de haber intentado encontrar las palabras precisas que resonaran o al menos les dejaran algo". (garzara1@prodigy.net.mx).

Este día de gracias y de adioses la opinión de las que nos despedimos coincide por completo: nuestro paso por El Siglo fue fructífero, fuente de aprendizaje para apreciar y analizar la realidad que, en sus muchos aspectos y desde nuestra circunstancia particular, fue mostrándosenos en el tiempo de las LAGUNERAS...; también para dar forma escrita a ideas y percepciones. La experiencia fue retadora y placentera, pues ningún tema nos fue vedado. Consolidamos nuestros puntos de vista respecto a la creatividad y talento expresivo de la mujer, cuya voz, relegada por la prensa, apenas se escuchaba a principios del milenio Nuestra gratitud es completa, humilde y reconocida para todo el que entregó parte de su tiempo a la lectura de los artículos, para quien recorrió nuestras inquietudes, aceptó o rechazó nuestras opiniones, compartió nuestros afanes, conversó a la distancia con nosotras. Gracias, amigo lector, por el tiempo de este diálogo silencioso, en el que nos oíste con los ojos; por la coincidencia y por la divergencia, por el apoyo y por el invaluable favor de tu atención. Hasta siempre, en cualquier tiempo y lugar.

(ario@itesm.mx)

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