Sobre el riel. Luis Jairo realiza uno de los saltos más complicados sobre uno de los rieles de metal, lo practica cada domingo hace 4 años.
Dos vueltas en el aire, un aterrizaje invertido y se reincorpora ante la sorpresa de sus amigos, quienes aseguran que se trata de una de las maniobras más complicadas en el mundo del patinaje urbano.
Luis Jairo Cabral, es uno de los jóvenes que cada domingo visita el Skate Park del oriente de Torreón, y junto con otros dos amigos se dedica a realizar saltos de las diferentes plataformas con patines que comparten entre ellos.
"Este lugar está más o menos decente... es el único donde puedes andar libre sin que te digan nada", dice Jairo.
Durante una exhibición de deportes extremos en una plaza pública fue cuando Luis Jairo decidió comenzar a practicar patinaje urbano, "estos son los únicos patines que he tenido, todavía sirven", comenta el joven.
CAMBIO DE VIDA
Fue hace cuatro años cuando después de la separación de sus padres que Jairo decidió dejar la escuela, además de vivir con su padre para ayudar en las tareas del hogar.
Sin embargo ante la necesidad de ayudar en su casa se vio obligado a buscar un trabajo, donde actualmente se labora de lunes a viernes para obtener recursos.
"Ya no pude estudiar, se separaron mis papás y me metí a trabajar a una carnicería, de ahí sale para medio vivir", comenta el joven de 19 años mientras comparte sus patines con uno de sus amigos.
A pesar de que Jairo vive en Gómez Palacio, trabaja y practica el deporte en la ciudad de Torreón, ya que según él no existen las suficientes oportunidades en su ciudad.
"Está más peligroso y por donde vivo no hay nada, mejor vengo a Torreón donde están mis amigos", platica.
Además de la violencia y la falta de oportunidades, el patinador dice que sólo existen algunos espacios pequeños para realizar su deporte, sin embargo se encuentran en estado de abandono y en zonas de alto riesgo.
"Nunca les dan mantenimiento, hay una rampa pero está muy maltratada y ni siquiera se puede subir uno".
Luis Jairo relata que su padre se desempeña como taxista de tiempo completo, siendo complicada la situación económica por la que atraviesan diariamente.
"No se completa nada, ni con lo que gano yo le puedo ayudar a mi papá... todos esos problemas los saco en la patinada".
Jairo tiene dos hermanos mayores de edad, sin embargo ante la separación de sus padres optaron por viajar a ciudad Juárez, donde actualmente trabajan sin mayor contacto con él.
ESTUDIAR, UN SUEÑO
Durante el año pasado Jairo intentó ingresar a una universidad para estudiar la carrera de ingeniero en sistemas computacionales, sin embargo tuvo que abandonar el trámite ante la exigencia de recursos de su situación.
"Más que ser patinador profesional quiero ser ingeniero, yo sé que en eso sí hay futuro... pero a veces no se puede", comenta.
Será durante el próximo ciclo escolar que de nueva cuenta intente comenzar la carrera en una escuela de ciudad Lerdo, sin embargo no planea dejar de asistir cada domingo al parque de patinaje.
"La verdad lo hago por pasatiempo, por diversión, pero eso no quiere decir que si entro a la escuela lo deje de hacer... me ha ayudado mucho en lo personal".
Una vez que su amigo devuelve el par de patines, Jairo comienza a moverse entre las plataformas del parque, donde toma la velocidad necesaria para subir de un salto a un riel de metal y terminar del otro lado, una vez más sus amigos aplauden la hazaña.
