En cumplimiento del rito anual, alcanzado el cumpleaños número 17 de la puesta en escena del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la Comisión de Comercio Exterior, a la que concurren los tres países en concierto, se reunió el martes pasado para analizar un punto toral en la maquinaria: la competitividad.
Naturalmente, pese a la presión de la representación nacional, México volvió a quedar como el patito feo, en un escenario en que, pese a los estragos de la recesión, Estados Unidos y Canadá han mantenido el paso.
De entrada, aunque el primero bajó un escalón en su posición competitiva a nivel mundial en el 2010, para ubicarse en el número dos, mientras el segundo subió a su vez un peldaño para ubicarse en el 9, nuestro país siguió en el 60... por más que en el año 2000 había llegado al 42.
Peor aún, las expectativas sitúan para este año a Estados Unidos en el escalón cuatro; a Canadá en el 10, y a México en el 62.
Ahora que, si bien como potencia exportadora la nación de las barras y las estrellas cayó del escalón número uno en 2000 al tres en 2010, en tanto la de la hoja de arce descendió a su vez del ocho al 10 en el mismo lapso, a nuestro país le fue peor, al bajar del 13 al 15, con la novedad de que en 2001, fanfarrias al vuelo por parte del Gobierno foxista, habíamos alcanzado el 12.
Y si le seguimos, mientras Estados Unidos se ha mantenido desde hace una década como receptor número uno en materia de inversión extranjera directa, y Canadá ha escalado entre el seis, el ocho, el nueve y el cinco, para llegar al 18, México ha mantenido una ruta aún más oscilante, caminando del 15 al nueve, al 13, al 30, al 17, y al 18, para aterrizar en el 25.
Y aunque el conjunto de países alcanza una participación en el PIB mundial de 28.41%, mientras Estados Unidos aporta 24. 59% y Canadá el 2.31%, la cuota de México es de sólo 1.51%.
El contraste brutal lo explica la adopción e implementación de políticas públicas coherentes por parte de las naciones más al norte, lo que les ha permitido realizar correcciones sobre la marcha, en tanto México se mueve en una ruta errática en la que por un lado se soslayan reformas estructurales urgentes como la fiscal, la laboral, la política, la de competencia y la energética, y por otro lado se le ponen mil obstáculos burocráticos y económicos a la posibilidad de crear empresas de comercio exterior.
Peor aún, México ha golpeado una y otra vez a su industria al propiciar la importación de productos extranjeros para, supuestamente, hacer más competitiva la planta productiva nacional, generando una competencia desleal.
Se diría, pues, que bajo el lema "la letra con sangre entra", se ha lanzado un tete a tete sin haberse pavimentado la pista nacional.
De entrada, por ejemplo, se vuelven interminables las colas de transbordadores que buscan algún puerto para salir al exterior.
De acuerdo a lo negociado, el TLCAN le daría cauce formal a un proceso de producción transfronteriza vía la maquila. La teoría hablaba de empleo sin límite, incorporación de tecnología de punta y manejo de programas de promoción.
El caso es que sin haber consolidado la tarea, al Gobierno le atacó una fiebre compulsiva por firmar uno a uno un ramillete de tratados de libre comercio.
El saldo habla de un escenario en que el 58.67% de las ventas al exterior del país está constituido por la maquila, con una incorporación de valor agregado de sólo 9.88%; 13.44% de petróleo; 6.85% de productos agroindustriales; 0.66% de productos de la industria extractiva, y apenas 23.95% de productos netamente mexicanos.
Si excluyéramos al petróleo, el porcentaje de maquila se elevaría a 63.63%, con un valor agregado de sólo 11.92%.
Digamos que nuestro país se ha convertido en un simple centro de costos en el que se realiza la maquila simple, sin mayor valor agregado.
Para colmo de males, México no sólo carece de una política coherente en materia de comercio exterior, sino ha desmantelado la estructura que por décadas había impulsado el comercio exterior del país.
Estamos hablando de la división de promoción del Banco Nacional de Comercio Exterior, cuya estafeta pasó a manos del organismo denominado ProMéxico que hasta hoy, tres años después, no ha dado golpe.
Patito feo del TLCAN.
BALANCE GENERAL
En su primera etapa como cabeza de la división minera del imperio del magnate Carlos Slim, la minera Frisco invertirá 746 millones de dólares para el desarrollo de proyectos, vía cuatro unidades.
La meta original anual es extraer 437 mil 577 onzas de oro, 19 mil millones de onzas de plata, 31 mil toneladas de zinc y 21 mil toneladas de plomo.
La empresa, por lo pronto, cuenta con terrenos para su desarrollo en zonas geológicas de la zona centro y norte del país, conocidas como Santa Fe, Tetela, Lampazos, Guanaceví, Fortuna, Cerro Gordo, Parralense, El Jardín, Noche Buena Ale, Noche Buena Coronel, Los Federicos, Taita Las Mercedes y Sagrado Corazón.
La competencia contra las firmas canadienses, pues, será feroz.
NO QUE NO
¿Se acuerda usted de la tajante afirmación del ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, en el sentido de que no habría ningún recurso público para el rescate de Mexicana de Aviación?
Bien, pues hete aquí que la semana próxima la administración del aeropuerto internacional de la Ciudad de México decidirá de qué tamaño será la quita al adeudo que arrastra la compañía por concepto de pago de combustible, alquiler de hangares y slots, además de derecho de uso de terminal.
La exigencia de los nuevos propietarios de la línea aérea, cuyos nombres se mantienen guardados bajo siete llaves, por más que se sabe que uno de ellos se llama Javier Molinar Horcasitas, es el de reducir el débito en 75%.
CRECE FERROSUR
Con una inversión de 21.1 millones de dólares, la empresa de transporte de carga ferroviaria Ferrosur propiedad del Grupo México de Germán Larrea Mota Velasco, acaba de adquirir nuevas locomotoras de última generación, con lo que extiende su flota de 152 a 161.
Las máquinas General Electric modelo ES44 AC tienen cuatro mil 400 caballos de fuerza.
Levantada una querella en contra del Grupo México por parte de Kansas City Southern por la adquisición sin la bendición de la Comisión Federal de Competencia de Ferrosur, agregando sus activos al Ferrocarril del Centro, lo que lo colocó en posición hegemónica, la firma ha registrado una expansión sin precedente, abriendo el tráfico para transporte de diesel de Pemex de Minatitlán a San Martín Texmelucan, y de mineral de hierro para la empresa Ternium.
OTRO FOCO ROJO
Pendiente aún la solución del conflicto entre el sindicato minero y la firma canadiense que explota la mina El Cubo, ubicada en Guanajuato, ya se abrió otro frente, ahora con la compañía Excellon Resources, con sede central en Toronto, quien ha rechazado que los trabajadores de la mina La Platera, ubicada en Durango, se afilien al organismo que encabeza Napoleón Gómez Urrutia.
En paralelo, hay jaloneos entre el sindicato y la armadora japonesa Honda por una pretensión similar, lo que implicaría un nuevo nicho para los mineros.