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PERSPECTIVAS ECONÓMICAS

POR SALVADOR KALIFA

La gran esperanza de este año es que las autoridades de los países desarrollados logren superar, en definitiva, las causas de la crisis que empezó en 2008, porque las perspectivas de nuestra economía dependen, en mucho, del resultado de esa batalla global por consolidar la recuperación económica.

Por consiguiente, no podemos hablar de lo que ocurrirá en México si antes no tenemos un marco de referencia del entorno externo, donde este año jugarán un papel preponderante las políticas públicas expansivas en Estados Unidos (EU), así como las dificultades de deuda soberana en Europa.

Por un lado, las autoridades de EU siguen batallando para consolidar un crecimiento sano de su economía. Su desempeño el año pasado fue bueno, pero se debió esencialmente a las políticas fiscal y monetaria laxas que, para todo fin práctico, seguirán aplicando en 2011.

Esto explica por qué los pronósticos más recientes de crecimiento para la economía estadounidense son positivos, ubicándolo entre 2.6 y 3.0 por ciento para 2011.

Lo cierto es, sin embargo, que si bien ese escenario es posible debido a la extensión de los recortes impositivos y un relajamiento cuantitativo adicional de la política monetaria, no será duradero mientras esas políticas laxas no sean sustituidas por el gasto de los consumidores y la inversión de las empresas, únicas fuentes sanas del crecimiento económico.

Por otro lado, la situación en Europa es sumamente complicada. Los países periféricos de la eurozona están todavía lejos de superar sus problemas de deuda soberana, lo que mantiene vivas las dudas respecto a la viabilidad del euro como moneda común en el largo plazo.

Lo más grave es que para evitar la insolvencia de alguno de sus países débiles se aplican políticas públicas sumamente restrictivas, que quizá sólo pospongan la inevitable renegociación de las deudas soberanas. Ello podría llevar a un resultado más desastroso para los europeos que el aceptar el trago amargo de manera temprana.

Quizá no tengamos que esperar mucho para conocer el desenlace de esta tragedia económica. La primera gran prueba ocurrirá en los primeros meses de este año, en particular para España, que tendrá que refinanciar más de 50 mil millones de euros antes de que termine la primavera.

Hay, por tanto, dos fuerzas encontradas (las políticas expansivas de EU y las políticas restrictivas en Europa) en el entorno global que afectarán en 2011 el desempeño de las economías emergentes.

México, como bien sabemos, depende de EU en mucha mayor medida que cualquier otro país emergente, por lo que lo que suceda allá afectará la evolución esperada de nuestra economía.

La buena noticia es que el dinamismo del sector industrial en Estados Unidos seguirá beneficiando nuestras exportaciones, lo que impulsará la actividad manufacturara en México, a pesar del creciente clima de inseguridad que desalienta las inversiones en nuestro país.

Es posible que también crezca algo el mercado interno, en especial la industria de la construcción, más que todo por la mejora en el empleo por dos años consecutivos de avance en la industria manufacturera. Esto se traducirá en un crecimiento del Producto Interno Bruto entre 3.5 y 4.5 por ciento en 2011.

Por su parte, el panorama para las variables monetarias y financieras en México luce, por lo menos en el arranque del año, sin grandes sobresaltos. No anticipo en este año variaciones importantes en los niveles de la inflación, las tasas de interés y el precio del dólar.

La inflación es muy probable que se mantenga tercamente por encima de la meta oficial, por lo que es muy probable que se ubique entre el 3.5 y 4.5 por ciento, nivel superior a la estimación oficial.

La postura laxa de la política monetaria en EU contribuirá a que los Cetes a 28 días se ubiquen en promedio alrededor del 4.5 por ciento. Este nivel, sin embargo, no es sostenible en el largo plazo. Espero una tendencia al alza tan pronto comiencen a subir las tasas de interés en Estados Unidos. La fuerza reciente del peso se finca, en términos generales, en la gran liquidez internacional que ha beneficiado a las economías emergentes. No parece que esta situación vaya a cambiar mucho en los primeros meses de este año, por lo que el precio del dólar seguirá oscilando entre 12.10 y 12.60 pesos, pero considero que ese intervalo se moverá al alza hacia fines de este año o en 2012, para ubicarse entre 12.6 y 13.6 pesos por dólar.

En síntesis, el panorama económico para la economía mexicana se ve razonablemente bueno para este año. Tengamos presente, sin embargo, que es altamente condicional a que no tropiece la economía de Estados Unidos, o que incumpla sus compromisos de deuda alguna nación europea. Cualquiera de esos eventos afectaría negativamente a nuestra economía en 2011.

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