El obispo diocesano, José María de la Torre Martín, en su mensaje previo a la Navidad hizo un llamado a los fieles a desterrar la violencia y el odio, para privilegiar el perdón y dar paso al olvido.
'La paz en estos tiempos de inseguridad y dispersión se obtiene al estar cimentados y enraizados en la única certeza del Dios recién nacido, en la firmeza de nuestra fe', aseguró.
El prelado exhortó a los católicos a fortalecer su fe en Cristo, ya que sólo en él podrá encontrarse la paz que tanto se requiere en estos tiempos de inseguridad.
Pidió 'vivir el verdadero significado de la Navidad y aprovechar la temporada para pensar en los enfermos, indigentes y en los que padecen algún tipo de angustia en el alma o el cuerpo'.
Señaló que frente al relativismo que confunde y a la mediocridad que aniquila a la persona en sus valores más altos, surge la necesidad de esa radicalidad que impide estar verdaderamente anclados en Cristo.
Expuso que en un mundo donde las culturas se modifican, las costumbres se diferencian, los problemas se pueden mutar, las circunstancias cambian, el único que no cambia es Cristo.
Posteriormente, al referirse a los que sufren, manifestó que si el Verbo se hizo carne fue para redimir la carne con todo lo que ella encierra.
'No olviden que sus sufrimientos son ese cálido pesebre en que Dios quiere posarse en esta Noche Santa, y nacer en el corazón de cada uno de ustedes para unirnos a su pasión redentora', manifestó.
Agregó que la Navidad le recuerda a cada persona su identidad como discípulos-misioneros de Jesucristo, nace de la escuela de la Palabra de Dios y se manifiesta al tomar el Evangelio como norma de vida.
Resaltó que es tiempo de siembra en una fe sólida, de una esperanza con alas de eternidad y una caridad tierna que remita a la gruta de Belén.
