La Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, propuso aquí que se establezcan programas de educación superior en contexto multicultural, donde participen los indígenas.
Durante su ponencia 'La lucha por los derechos de los indígenas' ofrecida la víspera en el Centro Cultural Universitario de la UANL, la activista guatemalteca consideró que 'el reto es cómo dar un salto hacia su calidad de vida; ya no más programas de capacitación que además resultan racistas, es urgente ofrecer oportunidades'.
Menchú Tum propuso al rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Jesús Ancer Rodríguez, crear en alianza un programa de educación superior en contexto multicultural, en donde participen sus hermanos indígenas.
'Si no lo hacen bien, critiquémosle con todo el rigor, porque los estaremos tratando de manera igual; todavía hay mentes en América Latina que lamentan que los indígenas ya tienen casas de concreto y consideran que por eso ya no son indígenas', dijo.
La académica expresó su sueño de abrir la Universidad Maya en Guatemala, y fue enfática al señalar que el sistema que sostienen los pueblos indígenas en Centroamérica es sólido y que ha superado todas las pruebas.
Con más de 20 doctorados Honoris Causa, la Premio Nobel de la Paz 1992 exhortó a quienes tienen ese poder de liderazgo, a plantear una alternativa real para la dignificación de la participación de los pueblos indígenas.
'Luchemos por el respeto profundo que cualquier ciudadano le da a un indígena a su lado, y no sólo la Premio Nobel, a mí me respetan cuando saben que soy Premio Nobel, pero cuando no... hay una criminalización fuerte a los pueblos indígenas donde quieran que estén y es algo que no podemos tolerar', recalcó.
Subrayó que la misión de educar es importante, porque es la forma de salvación, 'jóvenes, ustedes deben entender que la libertad de expresión es plena, educar de muchas maneras es lo que debemos hacer frente a la crisis'.
Menchú Tum lamentó que actualmente hay muchas mujeres que no creen en su propio poder ni en su participación, debido a la falta de políticas complementarias, que permitan la dualidad en una sociedad, lo que afecta a la familia.
'En ese sentido, creo que la humanidad está necesitada de nuevos valores, de enriquecimiento personal, colectivo, social y espiritual. Invito a nuevos procesos guiados en el sentido común y para mí los jóvenes son los depositarios más importantes del sentido común, anímense a participar, tomen su silla', subrayó.
Previo a este encuentro con la comunidad universitaria, el rector Ancer Rodríguez entregó a la activista guatemalteca el Premio Flama, Vida y Mujer, en el área de Vinculación Internacional, por su labor a favor del respeto de los derechos humanos, en especial de los campesinos e indígenas de su país.