Radicalización. En Estados Unidos se han radicalizado las opiniones sobre la reforma migratoria, mientras los demócratas piden políticas más amigables, los republicanos piden endurecer la vigilancia.
En el día después del llamado del presidente Barack Obama de retomar el diálogo y resolver de una vez por todas el asunto de la reforma migratoria, la Casa Blanca insistió que este proyecto, así como la aprobación de la Dream Act, para legalizar a estudiantes indocumentados en Estados Unidos, "siguen siendo una prioridad y vamos a hacer todo lo que podamos para conseguirlo".
"La reforma forma totalmente parte de la agenda del presidente", insistió la directora para Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, para disipar el ambiente de sorpresa, desaliento y suspicacia que se extendía entre distintas organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes.
Sin embargo, en respuesta a la demanda de Obama, la mayoría republicana en la Cámara de Representantes pidió al presidente aumentar las redadas de indocumentados en centros laborales para proteger trabajos en Estados Unidos, ante el desempleo superior a 9.0 %. La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) "debe aplicar la ley y realizar más inspecciones en los centros de trabajo", dijo en una audiencia el presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja, Lamar Smith.
El subcomité de Inmigración de la Cámara de Representantes, que controla la nueva mayoría republicana, realizó una de sus primeras audiencias para presentar su caso contra la reforma migratoria que sacaría de las sombras a 12 millones de indocumentados. A la audiencia, presidida por los congresistas republicanos Steve King y Smith, acudieron Mark Krikorian y Michael Cutler, ambos del Center For Immigration Studies, una organización que se ha caracterizado por su férrea oposición a una reforma migratoria.
"La audiencia ha sido una decepción. En lugar de un debate serio y honesto sobre cómo resolver un sistema migratorio que está roto, el subcomité (controlado ahora por los republicanos) ha demostrado que lo único que le interesa es arrojar carne fresca a las organizaciones más extremistas que han demostrado su férrea oposición a una reforma migratoria justa y comprensiva", denunció Marissa Graciosa, coordinadora de la Fair Immigration Reform Movement, un proyecto del Center for Community Change.
La reacción de líderes de la comunidad inmigrante a las palabras de Obama y a las seguridades ofrecidas por la Casa Blanca, demuestran el elevado grado de descreimiento que hoy domina el ánimo de esa comunidad, mientras prosiguen las campañas de deportación y la replicación de leyes como la SB1070. Precisamente, una medida similar a la polémica ley antiinmigrante de Arizona fue presentada ayer en el Legislativo estatal de Georgia por el legislador republicano Matt Ramsey. "Aunque por mucho tiempo ha sido ignorada por Washington, Georgia literalmente no puede permitirse ignorar la carga económica creada por nuestras fronteras desprotegidas", dijo Ramsey.
Ven a un Obama 'menos liberal'
Con una nueva realidad política y de cara a las elecciones de 2012, el presidente Barack Obama utilizó su informe de gobierno para adoptar una posición centrista, consideró la prensa estadounidense.
El diario Los Ángeles Times destacó que la evidencia de este reposicionamiento fue su llamado a reducir los impuestos a las empresas y su respaldo a la aprobación de los acuerdos de libre comercio.
'Obama mostró disposición para oponerse a miembros de su partido. Dijo que vetará cualquier iniciativa (de ley) que contenga fondos para proyectos especiales que los legisladores aprueban con poco escrutinio o discreción', apuntó.
En su principal editorial de este miércoles, el diario angelino dijo que ese paso colocaría a Obama en una ruta de enfrentamiento con el líder del Senado, Harry Reid, quien apoya estos gastos.
Chicago Tribune hizo eco de esta valoración, al apuntar, también en su principal editorial, que Obama utilizó el discurso de la noche del martes para 'mostrar un lado menos liberal'.