Binomios de la transición cultural
Del mundo ideal al mundo virtual; de la comunicación humana a la comunicación tecnológica; del ser humano a la especie; de la socialización transgeneracional a la unigeneracional; de la educación institucional a la educación mediática.
Recordando el cambio de época que nos ha tocado vivir (confrontar el artículo de esta columna del domingo anterior), veamos otras características que necesitamos descubrir y entender para enfrentar esta nueva realidad.
1. Estamos transitando de un mundo de ideales a un mundo virtual y de intereses que me da respuestas inmediatas. El internet tiene un programa llamado "second Life" en el que se crea a voluntad el tipo de hombre, cara, padres, etc. Además se puede cambiar al día siguiente. Se vive virtualmente. No se hace nada concreto y real.
Los medios masivos de comunicación nos presentan ahora nuevas imágenes, atractivas y llenas de fantasía, que aunque todas saben que no pueden mostrar el sentido unitario de todos los factores de la realidad, ofrecen a menos el consuelo de ser transmitidas en tiempo real, en vivo y en directo, con actualidad. Las 28 horas semanales en promedio del adolescente ante una pantalla lo están transculturizando. Ellos serán la sociedad que marque en el futuro nuestro país. Es necesario presentar propuestas de una realidad distinta a los medios pero que da resultados mejores. Los medios presentan nuevas imágenes llenas de fantasía que genera un mercado de imágenes nuevas, fantasiosas y atractivas. ¿Podemos competir en novedad, fantasía y atracción? Es necesario no quedarse al margen. Las instituciones como la Familia, la escuela y la Iglesia tienen que expresar el sentido unitario de la realidad que los medios no pueden expresar, y lo tienen que hacer editado para que sea "actual, en vivo y en directo y en tiempo real"
2. Se rehuye al contacto humano, se modifica el lengua, no hay comunicación aun viajando juntos. La tecnología sustituye la comunicación. El problema de las escuelas es ahora desconectar al alumno. Se han modificado las relaciones humanas.
3. El ser humano es visto sólo como especie. Un ser vivo más, rebajado de su grandeza y dignidad. Ya no es superior a todos los seres del universo. Es un punto en medio de la inmensidad de las galaxias. La especie humana.
4. Ya no pueden convivir generaciones diferentes. Se rompe la unidad generacional, la desvinculación familiar se ve como objetivo y no como problema. Se cree que una familia unida no coopera al desarrollo mundial a causa de la indisolubilidad. Hay menos consumismo, una sola casa. La no emancipación no promueve la movilidad ni el progreso. Se requiere para esta mentalidad el dejar la casa a los 18, hacer nueva casa, divorciarse; eso sí promueve el consumismo. La construcción de casas, la adquisición de enseres domésticos se multiplica.
5. De la educación institucional a la mediática. Esto es tal vez lo más importante. La educación era aprender a vivir; la familia, la Iglesia y la escuela se ayudaban mutuamente para aprender a vivir con un proyecto educativo común. Ahora los jóvenes ya no se dejan por ninguna de las tres instituciones antes mencionadas y la familia queda desplazada del rol educativo y sólo es el proveedor. Los roles se han cambiado también en la Iglesia: ahora es un "marco decorativo para eventos sociales" requieren el espectáculo, el teatro (ver en "letras libres" de Febrero de 2009 el artículo de Mario Vargas Llosa "la civilización del espectáculo"). La función de la Iglesia ya no es enseñara a vivir. La escuela ya no enseña los valores sino habilidades (para producir dinero), los valores son rechazados y la educación ya no enseña a vivir. ¿En donde se aprende a vivir entonces? En la educación mediática (y se concretiza en los antros).
¿Para qué alarmarnos? Los proyectos para la formación del joven de hoy se hacen a tenor de la realidad que se vive. El joven de hoy es de convicciones firmes pero efímeras. El objetivo es actualizarse para ver la realidad no como un problema sino como una oportunidad que reta, exige y da la ocasión de modificar y cambiar radicalmente. Oportunidad de crecimiento, de capacitación y de reactivación.
