Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

PIÉNSALE, PIÉNSALE

ARTURO MACÍAS PEDROZA

Probablemente ha escuchado ya este movimiento de protesta que se originó en España, en pleno corazón de Madrid, el 15 mayo de este año y que se ha extendido a 82 países y 952 ciudades. En la Ciudad de México hay sólo un pequeño grupo de indignados acampados frente a la bolsa de valores en la calle Reforma en la Ciudad de México. ¿De qué se trata? Empezó con gente que protestaba porque no tenía trabajo y, por lo mismo, con tiempo para protestar, pero se ha extendido a un movimiento con muy amplias manifestaciones de su indignación. Tomando espacios en las plazas y lugares públicos...

...con campamentos muy bien organizados, con comisiones, con información, con infraestructura, con comunicación, con alimentación y hasta diversión y arte, en un ambiente lleno de creatividad que más bien parece de hippies del 68. (¡Qué bella época!, no sólo por melancolía del pasado sino por todo lo que significó de participación de la juventud y de demanda de ideales). Sus variadas demandas parecen perderse en el caos pero hay un sentir común. Hay algo más en este movimiento que la protesta por la falta de trabajo: es una denuncia contra las nefastas consecuencias de un capitalismo sin piedad que no ha cumplido las promesas de derramar riquezas para todos y no sólo para los dueños del capital; el fracaso del sistema económico que ha creado muchos pobres cada vez más pobres y menos ricos cada vez más ricos; protesta contra políticas económicas y leyes comerciales inhumanas, frías, crueles; protesta contra sistemas democráticos que no son realmente representativos; denuncia de una economía desequilibrada que no le importa dejar sin trabajo a muchos; llamada de atención al respeto por la persona; petición por la calidad democrática; una protesta contra la corrupción; una petición de reformas de instituciones; demanda de reconocimiento de derechos civiles; anhelos de que se tome en cuenta otros valores que no se miden con kilos, números o metros; la búsqueda de justicia; Incluso se solicita la abolición de dictaduras del mundo árabe, que la Unión Europea elimine toda relación con países con dictaduras. Es la nueva tendencia que clama por cambios estructurales.

Las protestas muchas veces provocan incomodidades, sobre todo a los menos culpables, pero no son tantos los inconformes ya que son peticiones completamente lógicas, verdaderas, atractivas, aunque demasiado lejanas o utópicas. Incluso son respetados por movimientos, sindicatos y partidos que los consideran como una señal de vida, una multitud que quisieran recuperar. Gracias a la estructura que ha tomado y la unidad que se ha logrado han podido captar el interés colectivo y de los medios de comunicación.

Los jóvenes son las primeras víctimas de la crisis económica pues entre ellos el porcentaje de desempleo es muy alto (aproximadamente, el doble del desempleo general). Es verdad que los gobiernos tratarán de proteger a la clase en el poder, en la práctica eso es lo que se hace. Pero la presión de movimientos y la participación de los ciudadanos puede ejercer la presión necesaria para provocar los cambios necesarios.

El mercado laboral es disfuncional desde el punto de vista socioeconómico. La izquierda y la derecha son incapaces de pronunciarse claramente sobre la cuestión. Se puede mantener el status quo, por medio de asociaciones profesionales de empresarios o que los sindicatos mantengan al menos la promesa del seguro de empleo en detrimento de la población que trabaja. La situación nos ha llevado a una especie de bloqueo de decisiones políticas que no son los suficientemente razonables y firmes para producir la reforma y que por lo tanto requieren una "Toma de la Bastilla" (la puerta del sol en Madrid tiene cierto aire que lo asemeja a la Bastilla). ¿Revolución? No tiene que ser violenta pero sí es necesaria pues están fuertes las contradicciones. Las respuestas posibles ya están asomándose: cambiar las reglas del juego político, reformas en el mercado del trabajo. Establecer los impuestos con un modelo totalmente nuevo de crecimiento más inteligente, más justo y más sustentable y eso no va a llegar en un día. Se requerirá de tiempo. No se pueden aceptar respuestas simples en una situación extremadamente compleja. Esa es la tentación más peligrosa porque de ese momento es claro que los fantasmas del populismo que recorren el país son una amenaza, justamente porque propone responder de manera simple a una situación extremadamente compleja. Es una respuesta que no es, sin embargo, inocente, pues es muy peligrosa para la cohesión social.

Llenos de esperanza y determinación los indignados en las diversas ciudades continúan, aunque saben que no se puede esperar siempre. Viene el cansancio, la frustración, la desunión, los intereses particulares, que requieren energía y creatividad para resistir.

Pero la pregunta es: ¿No tenemos motivos suficientes para estar también muchos de nosotros indignados? ¿En dónde están los indignados de México? Motivos tenemos. Es necesario hacernos escuchar. El movimiento de los indignados puede continuar o no, pero las exigencias que propugna son reales y la problemática que plantea requiere ser atendida. Lerdo no se llama así por lento sino por Lerdo de Tejada. Su población ha sido participativa y el gobierno municipal de Gómez ha sido premiado recientemente a nivel nacional por un programa que promueve también la participación social. Tener claro el problema es un inicio pero las soluciones requieren creatividad, interés, formación, constancia, solidaridad, exigencia, compromiso. Los indignados somos muchos más que un puñado frente a la casa de bolsa de México. ¿Qué hacer? Piénsale.

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