"Época de cambio, cambio de época"
Caminos de construcción de un modelo cultural. Es necesario entender la realidad que nos ha tocado vivir para poder actuar en ella, pero los cambios que estamos experimentando no son simples. La sociedad está sufriendo una transformación de tal magnitud, que ya no se puede hablar sólo...
... de una época de cambios sino de un verdadero cambio de época. En la historia de la humanidad estos cambios de época se dan cada 300 ó 400 años (como la época medieval o la industrial) y traen consigo verdaderas transformaciones de las estructuras sociales, políticas, económicas, religiosas, etc. Un verdadero cambio cultural. ¿Verdad que es lo que nos está pasando hoy? Vemos con angustia una verdadera crisis que nos está cambiando todo. Es como cuando queremos armar un rompecabezas con piezas de otro rompecabezas. Simplemente ya no quedan. Es normal por tanto que nos sintamos angustiados porque lo que antes respondía a las situaciones ahora simplemente ya no encajan (siguiendo el ejemplo del rompecabezas). Entender esto nos va a ayudar a no seguir angustiado tratando de insertar una pieza en una nueva estructura sino a comprender que es necesario cambios institucionales que respondan a esta nueva realidad. Los cambios sin embargo pueden ser para bien si los sabemos dirigir, motivar y promover, sin abandonar los valores fundamentales que deben permanecer inconmovibles en medio de cambios: el valor de la persona, la vida, su dignidad, la justicia, la paz, la verdad; pero buscar las establecer las nuevas estructuras que promuevan y protejan al hombre y lo lleven a su desarrollo.
El cambio de época no tiene por qué ser destructivo del hombre. Se trata de que promovamos instituciones y estructuras que constituyan un modelo cultural capaz de responder a las nuevas exigencias. No entender esto y no ser sujetos activos en esta transformación es dejar a otros la construcción de instituciones con el riesgo de que éstas respondan a intereses particulares, a que haya resistencias a cambios que desgasten energías, a que seamos parte de la resistencia al cambio y perdamos la oportunidad de ser sujetos activos y consientes de cambios. No analizar esas inercias, la construcción de nuevos modelos culturales. Vivimos un cambio de época donde el nivel más profundo es el cultural, es decir, la manera en que las personas viven. Es por tanto un cambio radical que requiere ser atendida para evitar erosiones en los valores fundamentales del hombre.
Algunos de los cambios fundamentales que estamos viviendo son la marcada secularización de la sociedad, de estructuras religiosas cada vez menos vigentes; la acelerada transformación de las condiciones de vida, la crisis de modelos culturales precedentes y el surgimiento de una nueva sociedad marcadamente secular que ya describía Aldous Huxley en su clásico libro "Un Mundo Feliz" (1932). Tal vez un colapso económico sea posible dependiendo del tipo y calidad de gobierno pero puede ser controlado con prospectiva (visión a futuro) en base a los cambios de la gente y de los fenómenos preocupantes de cambio.
¿Qué características tiene esta nueva época? Hay ciertamente características del nuevo modelo social secularizado que nunca podremos aceptar como la negación de lo humano en el que se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con el trascendente; el humanismo estorba el llamado "desarrollo económico y científico". Matar a un niño es irrelevante y si es pobre más irrelevante aún si sirve a gente más útil. Se trata de mostrar que no todos somos seres humanos, (apoyados en la crisis poblacional). Esto requiere por parte de nosotros el dominio del debate crítico para rechazar esta mentalidad que puede permear nuestras conciencias. Enseñarnos a pensar (de eso se trata esta columna: ayudar a descubrir en donde está la trampa, el engaño, la mentira. Piensa, piensa).
Este cambio tiene además un contexto económico y político, ecológico y social, marcado por fenómenos contemporáneos muy concretos como la globalización y el predominio del capitalismo neoliberal, la crisis de la democracia y la devastación ecológica.
La Región Lagunera no está fuera de estas influencias y es importante entenderlos a fin de que no influyan de manera negativa estas tendencias en nuestro entorno pues esto que parece abstracto se concreta en cuestiones económicas, políticas y sociales. La problemática cultural reflejada en lo social (doble tributación, que supone la existencia de dos estados. El oficial y el extraoficial para pagar protección a la delincuencia organizada), una estructura que "protege" la delincuencia.
Se ha creado una sociedad controlada con personas que tienen que trabajar mucho para tener muchas cosas y divertirse consumiendo narcóticos. Se reduce la sociedad a trabajar y divertirse. Hay miles de consumidores desconocidos y controlados. Los factores involucrados son la economía y la política entre otros pues hay una interrelación de los fenómenos económicos, culturales y políticos. El factor fundamental es la economía. El fracaso del modelo capitalista neo-liberal fracasó hace 40 años y no se quiere aceptar. Falló el principio: "la saturación genera la derrama" la redención social no llega. No van a cambiar el sistema los que se están beneficiando de él (40 personas en México) para llegar a ser pobres y dejar de ser miserables se necesitan 3 generaciones lo que crea desánimo y desesperanza creando un cóctel explosivo. El sistema económico no está funcionando y además estamos en una red mundial aliados a Estados Unidos porque le debemos mucho, no tenemos tecnología e imitamos su modelo económico. Aunado a ellos vemos el descontrol de la política.
La magnitud de la crisis pone a pensar y tratar de construir respuestas, que la población piense y discierna para generar soluciones y no problemas. La democracia electoral es un gran compromiso de los ciudadanos para votar y promover instituciones que protejan el voto. Los plurinominales, los consejos electorales, la democracia participativa, el escrutinio constante sobre la función pública, aprender la mentalidad democrática para poder provocar los cambios y modificaciones que se necesitan para una cultura que responda a esta nueva época de la que hablábamos al inicio. El sistema no se modificará si nosotros no generamos los cambios. Eso es la democracia participativa que debemos promover. Cambios como sueldos de políticos según aptitudes, según resultados, revocación de mandato, quitar la mentalidad monárquica y la corrupción, los intereses partidistas y no de búsqueda del bien común, pasar de las "negociaciones" a las verdaderas soluciones. La situación actual trae el riesgo de una revolución pero también la oportunidad de una movilización social para promover la democracia participativa que le urge al país. Toda persona que contribuye a la corrupción contribuye a este estilo de vida, a esta idiosincrasia y estructura nacional que es cara, inoperante e incluso perjudicial. Los cambios necesarios para esta transición cultural.
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