Tragedia. En la imagen la entrada de la mina y una unidad del Servicio Médico Forense.
María de Jesús Estrada es demasiado joven para ser viuda. Tiene 27 años, dos hijos y espera al tercero, porque tiene 6 meses de embarazo. Este viernes enterró a su esposo Julio César Sifuentes Vázquez, de 33 años.
Julio César estaba en el "pocito" que explotó la mañana del martes. Su cuerpo se recuperó durante la madrugada del viernes. Su cadáver fue el séptimo en salir de ese pozo en el que se encontraba con otros 13 compañeros mineros. Y su esposa se sumó a la lista de viudas que hay en esta región carbonífera.
Como muchos de los hombres que viven en Sabinas y en los poblados vecinos, Julio César fue minero de toda la vida -dice su hermano Félix Sifuentes- porque comenzó a los 18 años de edad.
Julio César no sólo esperaba la llegada de su nuevo hijo. También tenía planes para estrenar una casa, donde llevaría a María de Jesús, y a sus hijas Marisol, de 11 años, y Anahí, de 6 años.
En julio pasado, cuando el río Sabinas se desbordó, Julio César y María de Jesús se quedaron sin casa. Vivían en la zona que se inundó. Entonces, la empresa Maseca prometió que les darían casas nuevas. El fraccionamiento ya está terminado y esperan que pronto se las entreguen a las familias.
Julio César era el más chico de seis hermanos. Fue él quien le enseñó a Marco Antonio, su hermano, cómo se saca el carbón en estos ingratos "pocitos" que dan de comer, pero también quitan la vida.
"Yo también me iba a ir con ellos al 'pocito', porque se gana más allá que en la obra, porque soy albañil y no había trabajo. Pero, a la mera hora, no fui", dice Félix.
Ahora, Félix y su familia tratan de convencer a Marco para que ya no vaya al "pocito", para que ya no trabaje allí y busque otra manera de ganar dinero. "Ya veremos qué hacemos, pero ahí ya no", dice Félix a la entrada del panteón de Santiago, aquí en Sabinas.
UNA FAMILIA, 3 MUERTOS La familia Sifuentes tiene motivos de sobra para ya no saber nada de los "pocitos". En ese pozo que explotó también estaban Juan Alberto Sifuentes, primo de Julio César, y Juan Carlos Escobedo Chávez, esposo de una de sus primas.
A las seis de la tarde del viernes, cuatro horas después del entierro de Julio César, la familia se enteró de que el cuerpo de Juan Escobedo Chávez había sido recuperado.
Juan Carlos Escobedo, de 34 años, se convirtió en el octavo minero rescatado. Él dejó a tres hijos. Laura Sifuentes Ávila, de 30 años, también se sumó a la lista de las viudas jóvenes.
EL UNIVERSAL
