Políticos digitales
Durante las campañas electorales locales del recién terminado 2010, la mayoría de los candidatos a puestos de elección popular se dieron cuenta del importante papel que juegan las redes sociales en la política moderna.
Así, el ingreso de candidatos en Facebook, Twitter, blogs y sitios web fue la más "multitudinaria" de la historia. De hecho, fue la principal ventana por la que miles de personas siguieron las propuestas de gestión.
A partir de entonces, la escena local vio el inicio tangible de la era en la que la política duranguense incursionó en una atmósfera paralela: la informática.
Sin embargo, fueron pocos los que sobrevivieron a esa etapa: de un periodo de incesante promoción a proyectos gubernamentales y legislativos, la mayoría de las figuras pasó al letargo digital.
Aun así, hay figuras que comienzan a consolidarse como verdaderos políticos digitales, dada su intensa actividad en la web. Y aunque la intención de la mayoría es simplemente extender su presencia, algunos se han enredado en líos que han culminado con su exhibición pública, principalmente a través de Twitter, la red que más ha crecido en los últimos meses en el mundo.
El político más activo es el gobernador Jorge Herrera Caldera, con 1,513 publicaciones desde el 4 de septiembre de 2009; "tuitea" -como los usuarios llaman a la acción de escribir un mensaje en su cuenta- de forma estrictamente institucional, con poca interacción, aunque ocasionalmente responde a cuestionamientos hechos por otros usuarios.
La segunda posición es para el alcalde de Durango, Adán Soria Ramírez: 833 seguidores. Es común observar sus respuestas a ciudadanos que le cuestionan, aunque sus mensajes están mayormente orientados a sus actividades diarias.
El tercero en la lista es el ex candidato a la gubernatura José Rosas Aispuro, aunque con una cifra de seguidores mucho menor que el titular del Ejecutivo: 693, acumulados desde el 4 de agosto de 2009; el ex priista, sin embargo, dejó de publicar desde de octubre. No hay un solo mensaje suyo durante los meses posteriores; su última publicación fue relativa al conflicto sufrido por la Universidad Juárez, que desencadenó en la llegada de un nuevo rector.
Enseguida, con el mismo número de seguidores que Aispuro, se encuentra el diputado lagunero Ricardo Rebollo. A diferencia de los antes mencionados, el ex alcalde gomezpalatino frecuentemente inscribe en su cuenta detalles de su vida personal. En algún momento, incluso, se refirió a la resaca provocada por una conocida marca de brandy.
Otros como el secretario de Salud, Alejandro Campa, y el director de Servicios Públicos Municipales, Antonio Vázquez, también decidieron incursionar en Twitter. El funcionario estatal, aunque con una cuenta desde hace varios meses, intensificó su interacción hace algunas semanas: hoy en día, es el más activo de todos. Respuesta segura a quien le escriba.
"Toño" Vázquez, por su parte, es un "tuitero" meramente receptor de quejas. Son pocas sus publicaciones; sin embargo, su cuenta refleja una realidad social: pocos saben a quién acudir cuando tienen alguna dificultad que le corresponda a las autoridades solucionar; así como le informan por luminarias encendidas durante el día, se le reclaman desperfectos en obras, fugas de agua y un sinnúmero de problemas que no le corresponde solucionar.
Recientemente -el pasado 4 de enero-, se integró la más reciente figura: el arzobispo Héctor González Martínez. Y aunque no inició muy activo, en apenas seis días acumuló más de 170 seguidores. En su segundo mensaje, reconoció su experiencia en la red social: "espero entenderle pronto a esta valiosa herramienta", dijo antes de desear buenas noches.
Los citados funcionarios, políticos y representantes, han recibidio todo tipo de mensajes: desde señales de apoyo y peticiones, hasta agresiones verbales.
Sin embargo, ninguno había había llevado su interacción a un tono elevado. No hasta el viernes pasado. Por la noche, el presbítero Víctor Manuel Solís, vocero de la Arquidiócesis y sacerdote del templo de Santa Ana, perdió la compostura.
Ante la invitación abierta de una usuaria a convertirse en su seguidor, otro reaccionó calificándolo como "déspota" durante el oficio de su boda, complementando su argumento un adjetivo altisonante. El padre, que usa en Twitter la cuenta @batipadre , respondió al quejoso, señalando su falta de "sobriedad" en el momento de la ceremonia.
Acto seguido, el Padre "Batman", en un mensaje sin destinatario, aunque en clara alusión al incidente, calificó al usuario como falto de "agallas" para no quejarse frente a frente. Cierra el "tuit" llamándole "Julián".
La comunidad de usuarios originarios de Durango inició el debate de inmediato y al Batipadre no le quedó más que reconocer su error, aunque se justificó asegurando que eran varios los ataques hasta entonces recibidos del mismo usuario.
En fin, el padre pecó, si no de acuerdo con las normas católicas, por su falta de prudencia y "madurez" digital.
Un leve incidente en medio de una escena digital que a políticos, funcionarios y líderes católicos les interesa cada vez más. A cualquiera le puede pasar, pero a un padre menos que a los demás.
