Radiografía Política / La Raja Legislativa ¿Resultará más aparatoso teñir de rojo el agua de las fuentes para emular el colorido de la sangre, o teñir con fines políticos una movilización social que había sido convocada con argumentos transparentes en pro de la paz a nivel nacional?
En referencia a esto, no es de extrañarse el desaire que la sociedad duranguense -como en otras partes del país- hizo de la marcha. El motivo es ampliamente conocido que algunos se aprovechan para figurar con pataletas y discursos gastados para su beneficio, terminando por ensuciar lo blanco del mensaje y decepcionando a los que acuden comprometidos con una sola causa: recuperar el bienestar y la seguridad de México.
En Durango, un centenar de personas se dieron cita a la marcha. No hubo poder de convocatoria, ya que algunos de los que encabezaban el movimiento no tienen más difusión que la de sus otrora episodios enfocados al escándalo y la radicalidad en materia política.
La consigna "Estamos hasta la madre" dejó claro que la prioridad de los líderes del movimiento, como Socorro Soto Alanís, es politizar las acciones, aprovechando la necesidad de los familiares de las víctimas de que su voz sea escuchada y conocer sobre el paradero de sus familiares, o en su defecto, que se castigue a los asesinos.
El problema reside en que los actores políticos se han ido inmiscuyendo en el movimiento, restándole credibilidad al mismo. La "Ultra izquierda" lo ha avalado, argumentando el supuesto fracaso de la estrategia de seguridad en el país y apoyando las acciones de radicalidad nacional, casualmente de cara a los procesos electorales de 2012.
Ha quedado demostrado que las manifestaciones tradicionales ya no tienen eco cuando los abanderados son personas con fines alternos y de poca solvencia moral. Ahora, existe otra modalidad de presión, como la que marcan los empresarios, exigir resultados comprobables a las instituciones, mediante la amenaza de suspender masivamente el pago de impuestos, una arista donde al Gobierno de verdad le pegan donde más le duele.
El oficial mayor del Congreso, Arturo Kampfner, acertó en decir que no todas las comisiones legislativas tienen trabajo por igual; todas tienen su forma y sus tiempos para sacar adelante las iniciativas. Ciertamente nos fijamos que hay algunos diputados que por sacar raja política quieren destacar que ellos sí trabajan en sus comisiones, que aprueban diversas iniciativas y proyectos de ley. En fin, hacen creer que ellos sí trabajan y se la pasan presumiendo que sesionan más que otras comisiones. Pero no es lo mismo estar en la Comisión de Justicia o de Hacienda a estar en otra como asuntos diversos, turismo, que debieran tener actividad pero hay veces que no. Así, varios diputados como Rodolfo Guerrero García y Luis Enrique Benítez presumieron que ellos sí sesionaban constantemente; es más, insistían en que las demás comisiones tuvieran sesión. Más allá del énfasis de trabajo y de enamorarse verdaderamente por su trabajo, estos legisladores protagonizaron en los medios de comunicación con esta clase de declaraciones, incluso dañando a sus compañeros de partido. Hoy en día es común ver una competencia entre los diputados cuando el verdadero sentido sería legislar en favor de sus representados; sin embargo, se debe reconocer que algunos sí asisten a sus comisiones, proponen y legislan, pero hay otros que únicamente buscan el protagonismo.
